Sergio León representa el corazón del Betis en el terreno de juego. Va al máximo en cada acción y se entrega siempre con pasión, además de llevar unos buenos registros, con cuatro goles y una asistencia en nueve partidos de Liga y dos tantos más logrados en la ida de la Copa ante el Cádiz. Sin embargo, la última vez que vio portería en el campeonato de la regularidad fue en Anoeta. Desde entonces, no ha vuelto a marcar, pese a jugar 77 minutos en casa frente al Valencia (3-6), después no fue alineado en el choque ante el Alavés (2-0) y sólo dispuso de 27 minutos en la derrota ante el Espanyol (1-0), volviendo a jugar un partido completo en el empate (2-2) ante el Getafe, donde no marcó pese a tener una acción clarísima abortada por Guaita.
Ya en el amistoso del pasado miércoles ante el Écija, el delantero de Palma del Río volvió a anotar y todo apunta, después de las molestias que Sanabria ha tenido durante la semana, que saldrá de inicio en Ipurua, un estadio que la temporada pasada se le dio muy bien, pues hizo un doblete en la victoria (2-3) de Osasuna ante los anfitriones en un partido jugado bajo una intensa lluvia.
Ante el Eibar, Sergio León volverá a gozar de una nueva ocasión para seguir haciendo lo que más le gusta, goles. Su ambición y exigencia consigo mismo no tiene límites, está hipermotivado por la oportunidad que ha tenido de regresar al Betis y quiere superar el registro del curso pasado (10 goles y dos asistencias en 33 partidos de Liga), algo que le podría abrir, definitivamente, las puertas de la selección española.
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