Celta-Betis | la crónica

Maquillaje a la triste realidad (0-1)

  • Un gol de Brasanac otorga al Betis la segunda victoria seguida ante un Celta despersonalizado y con la cabeza en la Liga Europa. La mejor puesta en escena sirve para alcanzar la calma definitiva a falta de cinco jornadas

Ceballos pelea un balón con Lemos.

Ceballos pelea un balón con Lemos. / EFE

Casi de manera definitiva, por si todavía quedase algún incrédulo, el Betis selló la permanencia en Vigo, la ciudad de la que llegó el director deportivo, Miguel Torrecilla, para elevar el nivel del proyecto. Habrá que esperar una temporada más para ese crecimiento anunciado desde el club y que no acaba de producirse, pero los de Víctor Sánchez del Amo maquillaron con tres puntos más, y una segunda victoria consecutiva por vez primera en la temporada, su triste realidad.

Tampoco necesitaron demasiado los verdiblancos ante un Celta despersonalizado y con la cabeza en su semifinal europea ante el Manchester United. Orden, capacidad de sacrificio para aquellos que han dudado del compromiso de la plantilla y la presencia de Adán cuando fue necesario le bastaron a los verdiblancos para acabar doblegando a los vigueses. Ni siquiera tras el 0-1, en una de las mejores acciones del partido por el gran centro de Durmisi y la poderosa llegada de Brasanac, los de EduardoBerizzo se rebelaron para intentar lograr el empate. Quizá tampoco está para mucho más este Celta que esta temporada apostó por los torneos cortos –también llegó a la semifinal en la Copa del Rey, en la que cayó ante el Alavés– y que se viene moviendo en la zona media de la clasificación sin demasiados alardes.

Lo mejor del Betis llegó al inicio, cuando al menos salió con las ideas claras. La movilidad de Joaquín como segundo delantero permitió generar superioridad en las zonas del campo que pisaba el portuense y eso se tradujo en numerosas llegadas al área de Sergio Álvarez durante los primeros 15 minutos. Una rosca con la derecha del propio Joaquín, otro disparo de Álex Alegría desde la frontal o un remate de cabeza del delantero tras centro de Durmisi fueron las mejores ocasiones béticas en esos momentos de dominio apabullante.

Del Celta no había rastro. Las rotaciones de Berizzo no daban el resultado esperado y los vigueses ni pasaban de su campo con la pelota ni tampoco eran capaces de leer el partido en las zonas defensivas. Pasado ese cuarto de dominio bético, Berizzo ordenó un cambio en las marcas al hombre que suele ordenar en el centro del campo y ahí casi finiquitó el primer tiempo. Radoja y Pape Cheikh se convirtieron en la sombra de Joaquín y Dani Ceballos respectivamente, y la mayor posesión bética cada vez fue más estéril.

Apenas un disparo de DaniCeballos algo escorado, que Sergio Álvarez desvió a saque de esquina, y otro de Rubén Pardo que se envenenó tras tocar en Bruno, sembraron inquietud en los locales. Cuando parecía que el partido estaba encaminado a marcharse al descanso con 0-0, un mal pase hacia atrás de Joaquín habilitó a Bongonda para quedarse solo ante Adán que, como en tantas otras veces, se erigió en salvador del equipo con una parada ante el belga y de inmediato otra sobre el remate de Jozabed. El clásico regalo verdiblanco de cada partido esta vez se quedó en nada.

Tampoco cambió el partido tras el paso por la caseta. Ni una nueva ocasión, y la última clara del Celta, viró el guión. Bongonda metió un balón a la espalda de Mandi para que Guidetti, con poco ángulo, se midiera conAdán, que le tapó los huecos para acabar enviándolo a la esquina. Ahí prácticamente se acabó el partido para el Celta, que ni siquiera reaccionó al golpe verdiblanco.

Y es que si los de Víctor habían iniciado el segundo tiempo con menos posesión, eso le sirvió para sorprender con más espacios a la zaga local. Una nueva subida de Durmisi finalizó con un gran centro del danés y la mejor respuesta de Brasanac, quien llegando desde atrás con fuerza y fe acabó conectando un testarazo imposible para Sergio Álvarez.

Poco más pasó hasta el final. Los de Víctor replegaron líneas para dejar pasar el tiempo y tampoco el Celta obligó a más. Un pique de Planas con Dani Ceballos, una sucesión de tarjetas y de imprecisiones, un ritmo de juego cada vez más bajo... El tiempo pasó sin que se contabilizasen más ocasiones en las áreas, salvo una protesta local por un despeje de Tosca que pareció legal pero que sí alteró el silencio de la grada.

Los diez últimos minutos apenas sirvieron para dar entrada en el césped a Rubén Castro o Petros. La suplencia del canario ya no llama la atención ante su pérdida de relevancia en los planes de la entidad. Tampoco tuvo mayor trascendencia en el juego. Sin el Celta acercándose al área de Adán, al Betis le bastaba con alargar las posesiones para evitar problemas de última hora. La segunda victoria consecutiva, lo que pidió el capitán Adán tras la derrota en Las Palmas, ya estaba en el zurrón desde el gol de Brasanac y únicamente había que guardar la compostura.

A falta de cinco jornadas para el final, el Betis ya tiene la permanencia en el bolsillo, lo que permitirá a todos disfrutar de la Feria sin temores inesperados. A eso aspira ahora mismo la entidad verdiblanca, incapaz de armar un proyecto que apunte a cotas más altas que una salvación sin apuros. Para Víctor Sánchez del Amo sí servirá para agotar sus opciones de continuar en el banquillo la próxima temporada, por más que los dirigentes se hayan movido en el mercado para conocer las exigencias de otros entrenadores.

En este Betis cualquier cosa es posible y lo que hoy es blanco por la victoria ante el Celta puede ser negro mañana, y viceversa. Al menos, el triunfo permitirá reflexionar con calma y sin tener que tomar decisiones hasta que acabe la temporada. Ésa es la realidad de este Betis, sin edulcorantes de los palmeros, ni con el veneno que a otros les gustaría.

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