Real Betis

Entre espejos y espejismos

  • Miguel Torrecilla, director deportivo verdiblanco, regresa a Balaídos, donde dejó un equipo que se pasea por Europa

  • Los de Vigo, la esencia perseguida

Miguel Torrecilla, a la derecha de la imagen, junto a Ángel Haro, presidente, y Víctor Sánchez del Amo, entrenador.

Miguel Torrecilla, a la derecha de la imagen, junto a Ángel Haro, presidente, y Víctor Sánchez del Amo, entrenador. / antonio pizarro

El de hoy no será un partido más para Miguel Torrecilla. Durante seis temporadas, el salmantino estuvo al frente de la dirección deportiva del Celta, por lo que conoce Balaídos como si de la palma de su mano se tratara. Más de un lustro que dio para mucho. Por ejemplo, para coger a un equipo en la Segunda División, y en base al trabajo, llevarlo a Europa. Un currículum que lo llevó al Betis al término de la pasada temporada para comandar el segundo proyecto de Haro y Catalán al frente de la nave verdiblanca, y con el que hoy estará en el que fue su estadio, aunque lo hará como visitante por primera vez desde su marcha.

Sin embargo, Heliópolis es una plaza diferente por todo lo que conlleva alrededor, y al salmantino le ha costado meses darse cuenta de que en el Betis se exige desde el primer minuto. El hastío de los aficionados, tras años de mediocridad, invita a que los proyectos deban tener resultados inmediatos. No es un llegar, ver y vencer, al más puro estilo Julio César, más bien una batalla continua en la que, de momento, no está saliendo bien parado.

Porque hoy sobre el césped se enfrentan el pasado más reciente y el presente de Torrecilla. El ser y el querer. El espejo y el espejismo. Mientras que los resquicios del exitoso proyecto del salmantino se pasean por Europa, reciben numerosos halagos y están a las puertas de disputar la final de la Liga Europa -se enfrenta al coco de la competición, el Manchester United, pero hay que llegar hasta ahí igualmente-, el primer trabajo del salmantino al frente del Betis acumula más sombras que luces.

El objetivo de estar entre los diez primeros marcado a principio de temporada se antoja una quimera a falta de un puñado de partidos y muchos dedos señalan al salmantino como el culpable. Tal es así que incluso muchos solicitan que no continúe en la parcela deportiva al final de la campaña. Sin embargo, esto no tiene visos de suceder y Torrecilla continuará el próximo año al frente de la parcela deportiva.

"He dejado en Vigo un embrión de cómo creer en este trabajo y qué modelo de gestión buscar para que un proyecto de fútbol salga adelante; unidad en el grupo de trabajo y unión por encima de los egos. Viví desde una economía de guerra hasta una etapa con economía boyante", aseguró Torrecilla esta semana en Radio Marca Vigo. "Me dejo el alma para que el Betis funcione como el Celta hoy", aseveró.

De momento, todo ese esfuerzo al que hace referencia el salmantino no se ha visto reflejado en resultados positivos sobre el césped. El más que obligado adiós de Gustavo Poyet apenas unos meses después de comenzar la temporada, pese a las reticencias del directivo, dejó muy tocada su imagen en el Benito Villamarín, así como su aparente infinita confianza en Víctor. De momento, y a falta de resultados, siempre le quedarán las sensaciones.

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