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Un proyecto estancado en la vulgaridad

  • El salto de calidad sigue sin verse en el Betis que guían Haro y Catalán

  • La planificación no acaba de convencer y Víctor casi calca los números de Poyet

Ángel Haro y José Miguel López Catalán, con los consejeros Ernesto Sanguino y José María Pagola, en la última junta.

Ángel Haro y José Miguel López Catalán, con los consejeros Ernesto Sanguino y José María Pagola, en la última junta. / raúl caro / efe

El Betis volvió a ofrecer en Granada una muestra más de la vulgaridad en la que se encuentra inmerso. No es una cuestión de paciencia para dejar trabajar a la actual cúpula dirigente que forman Ángel Haro y José Miguel López Catalán, sino un asunto que parte de la inacapacidad de éstos para comandar un club de fútbol por la nula sapiencia futbolera que tienen, como se refleja, después, en el terreno de juego. Al menos, hasta el momento, pues el salto de calidad sigue sin verse por ningún lado. Y ya no tienen excusas. Ni el Gol Sur, ni la televisión, ni la radio, ni el Betis multidisciplinar ni lo judicial sirve para tapar lo más importante en un club de fútbol, el primer equipo, y ahí la mediocridad sigue imperando, como se pudo ver en Los Cármenes.

Otro aspecto importante en el análisis de la situación actual del Betis sigue radicando en la planificación deportiva. Así, el pasado sábado volvieron a verse las carencias del trabajo realizado por Miguel Torrecilla. La aportación de los fichajes sigue siendo escasa y éstos han tenido ya muchas oportunidades. Los argumentos para defender la labor del salmantino se caen con el paso de las jornadas, sin obviar el hecho de que los máximos dirigentes tampoco han sabido apretarle a éste por su desconocimiento futbolístico. Todo esto, sin obviar el fiasco de Gustavo Poyet. El resultado, así, se observa en la clasificación, pues el Betis sigue en la zona media baja con la fortuna de que el nivel de los equipos de peligro está siendo muy bajo.

Otro dato que refleja la vulgaridad del proyecto actual se observa en los números de Víctor y de Poyet. En 11 partidos, el uruguayo logró tres victorias, dos empates y seis derrotas (11 puntos) y el madrileño lleva tres victorias, cuatro empates y cuatro derrotas (13 puntos), sin olvidar que el conjunto bético ha sumado sólo tres de los últimos 15 puntos en juego. Además, en Granada el Betis no ofreció ante los de Lucas Alcaraz las señas de identidad mostradas con Víctor en algunos encuentros, aunque la figura del técnico también quedó el viernes muy tocada. El fondo de armario tampoco suma y la dependencia de Rubén Castro -no marca desde el 8 de enero, cuando los heliopolitanos ganaron en casa al Leganés (2-0)- sigue siendo tan evidente como los fallos en la planificación.

Ahora llega el derbi, y el Betis intentará maquillar la campaña que está realizando, hasta el momento, con una victoria que, en el caso de producirse, no debería tapar la necesaria regeneración que sigue necesitando.

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