tribuna

Cáncer y esperanza

  • El cáncer aumenta en España, pero el 53% de los casos ya se curan

  • La mejora en el diagnóstico y la aparición de nuevos tratamientos permiten afrontar el futuro con optimismo

Parece un contrasentido hablar al mismo tiempo de cáncer y esperanza. Sobre todo cuando la incidencia no deja de crecer, y las estimaciones indican que el número de casos nuevos aumentará un 70% en las próximas décadas llegando a 24 millones al año en el mundo, en el año 2035, y a 315.413 en España, según recoge la Sociedad Española de Oncología Médica en su reciente informe de 2018. Y sin embargo, lejos de ser un contrasentido, es justo y necesario relacionar estos dos conceptos: el cáncer aumenta en nuestro país, es cierto, pero el 53% de los casos ya se curan, y tanto la mejora en el diagnóstico como la aparición de nuevos tratamientos permiten afrontar el futuro con optimismo.

La mirada al pasado desde el presente también puede, y debe, ayudarnos a infundir confianza. Un regreso al pasado de hace quince años nos mostraría una estampa que a día de hoy nos resultaría verdaderamente desoladora. En las consultas de oncología solo se veían mujeres y hombres físicamente muy deteriorados. Hoy, en general, en esas consultas hay muchos hombres y mujeres cuyo aspecto físico es prácticamente igual al de una persona sana. En algunos tumores, como mama o colon, los progresos obtenidos han sido enormes y son responsables de que la mitad del cáncer hoy se cure. Dicho de otra forma, estamos mucho mejor que hace años: ha mejorado la supervivencia y también la calidad de vida de los años que se vive con la enfermedad.

En Andalucía, la atención oncológica dispensada por el sistema sanitario se encuentra al nivel de las mejores prácticas profesionales del mundo, e indudablemente no hace falta irse fuera para recibir la mejor asistencia. Nuestra Comunidad es además líder en ensayos clínicos en Inmunooncología, un cambio de paradigma en el tratamiento que consiste en aprovechar la respuesta inmune del cuerpo para combatir el cáncer.

Además, gracias a la Red Andaluza de Ensayos Clínicos en Oncología, contamos con más de 300 estudios clínicos abiertos que están permitiendo a muchos pacientes acceder a tratamientos muy innovadores. Y al estar en red, los oncólogos tienen toda información necesaria para poder ofrecerlos a sus pacientes Son ensayos a los que nuestros oncólogos optan en concurrencia competitiva con otros centros tanto nacionales como internacionales y que son capaces de traer a Andalucía gracias al nivel de la especialidad en nuestra comunidad. Somos, además, en toda España, líderes europeos en diagnóstico. El aumento de la incidencia tiene también que ver con que cada vez se diagnostica antes, lo cual es muy positivo.

Y por supuesto con el envejecimiento de la población y con el hecho de que España sea el segundo país de la OCDE con mayor esperanza de vida, lo cual también es positivo en sí mismo, pero negativo para las estadísticas de cáncer, ya que el riesgo de desarrollar tumores aumenta con la edad. De modo que sí, que hay motivos para la esperanza. Estamos mejor y estaremos cada vez mejor. Todos nosotros, como población, podemos contribuir a ello, mejorando nuestros hábitos de vida.

Es importante que los ciudadanos sepan un dato verdaderamente relevante: hasta el 40% de los cánceres podrían evitarse. Sería necesario que todos supiésemos, del riesgo que para el desarrollo de tumores significan el tabaco, el alcohol, la obesidad y el sedentarismo.

El tabaco por ejemplo es el responsable de hasta un 33% de los tumores y el alcohol de un 12%. Sin embargo, 9 de cada 10 personas desconocen que beber o fumar aumenta el riesgo de desarrollar un tumor. Pero también en esta cuestión, podemos lograr un salto cualitativo de enorme envergadura en los próximos años. Las llamadas generales a la sensibilización en la importancia de adquirir hábitos de vida saludables son necesarias y es el medio que tenemos hasta ahora para provocar un cambio en las personas. Pero estamos en el camino de conocer cómo esos hábitos aumentan el riesgo en cada persona.

Es, en suma, verdaderamente fascinante el camino que nos queda por recorrer, y prometedoras las posibilidades que se van presentando. Por todo ello, cáncer y esperanza ya no son conceptos dicotómicos, sino compatibles. Trabajemos todos, sumando esfuerzos, en que cada vez lo sean más.

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