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El entorno es esencial en el desarrollo del prematuro

  • El nuevo enfoque en los cuidados implica un cambio en la actitud de los profesionales

Los cuidados centrados en el desarrollo propician la reducción del estrés y el reconocimiento de la familia.

Los cuidados centrados en el desarrollo propician la reducción del estrés y el reconocimiento de la familia. / archivo

El Colegio de Médicos de Sevilla acoge desde ayer un curso que busca conocer las principales características de los cuidados centrados en el desarrollo y en la familia, y adquirir algunas habilidades para aplicarlas.

El encuentro, organizado por el Área de Docencia del Instituto Hispalense de Pediatría, está dirigido a todos los profesionales sanitarios (auxiliares, enfermeras y pediatras) que desempeñan su labor en las Unidades de Neonatología, especialmente en aquellas donde se atiende a recién nacidos prematuros.

Los cuidados centrados en el desarrollo tienen como objetivo favorecer el desarrollo neurosensorial y emocional del recién nacido. Se basan en la reducción del estrés, la práctica de intervenciones que apoyen al recién nacido y el reconocimiento de la familia, entendiendo a ambos (recién nacido y familia) como una unidad. Para ello, se controlan determinados parámetros como el ruido, la luz, la postura, el manejo del dolor… Los miembros de la familia se implican en los cuidados, forman parte prioritaria de los mismos y participan en las decisiones respecto a su hijo.

Según la doctora de IHP, Elena G. Víctori, que forma parte de la Unidad de Neonatología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, "los cuidados centrados en el desarrollo implican un cambio en la actitud de los profesionales, que deben adaptar sus prácticas a este paradigma asistencial. La formación en este tema nos permite reconocer las necesidades de cada recién nacido en su momento evolutivo e implantar las medidas adecuadas".

El sistema nervioso del recién nacido prematuro está aún en desarrollo en el momento de nacer, por lo que "debemos hacer lo posible para no interferir en el mismo". Para ello "debemos mantener un ambiente lo más parecido posible al útero materno, intentando evitar estímulos como el ruido, la luz, el dolor… y manteniendo otros como la postura, el olor de la madre, el sonido de las voces de los padres o el contacto piel con piel".

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