Nadie asumirá la responsabiliad de garantizar la seguridad si el Calvario se empeña en alcanzar la carrera oficial por la calle Monsalves. Agentes de Bomberos y de la Policía Local trabajaron in situ en la mañana del pasado sábado, tal como pudo comprobar este periódico, para analizar las características de esta vía urbana. No hay ni una sola conclusión favorable a que la cofradía de la Magdalena pueda cruzar por Monsalves, el Silencio y Alfonso XII para alcanzar la Campana. Los numerosos bolardos, la propia estrechez de la calle y una iluminación eléctrica insuficiente para los casos de aglomeración desaconsejan el paso del Calvario. Además, a esa hora la Esperanza de Triana genera mucho tráfico de público por San Eloy, mientras que el Silencio se aproximaría por Santa Vicenta María, por lo que todo indica que, desde el punto de vista de la seguridad, la calle Alfonso XII ofrece muchas más garantías, sobre todo porque es más ancha y estará iluminada con el nuevo sistema que prepara el Ayuntamiento, inédito en las capitales españolas.

Como ya reflejaba en los informes previos de los expertos en seguridad sobre la configuración de la Madrugada -avanzados por este periódico- la calle Monsalves está calificada de "ratonera". El Ayuntamiento prefiere que haya "cortafuegos" entre los diferentes cortejos, amén de que la Hermandad del Silencio prefiere que no haya que aforar su calle por el paso del Calvario poco tiempo antes de que la cofradía de San Antonio Abad haga su entrada. Dos cofradías por la misma calle en escaso margen de tiempo es una opción que conviene evitar por muchos motivos, sobre todo en una franja horaria tan delicada de la Madrugada.

Con estos datos, vistas las evaluaciones de Policías y Bomberos, todo indica que el Consejo de Cofradías tendrá que pronunciarse en contra de la pretensión del Calvario de cruzar por Monsalves.

El Ayuntamiento, por otra parte, continúa diseñando el plan de seguridad para la noche más problemática de la Semana Santa. Ha licitado el contrato para instalar megafonía en el centro de la ciudad durante la Semana Santa. Se trata de una de las medidas ideadas por los responsables del dispositivo de seguridad municipal para tratar de impedir que se repitan los incidentes ocurridos la Madrugada del año pasado. Cientos de personas corrieron despavoridas por el casco histórico sin dirección alguna, en una serie de estampidas que provocaron más de un centenar de heridos y que se originaron, según la investigación desarrollada por la Policía Nacional, por puro pánico colectivo y por la psicosis que genera la amenaza terrorista. Fue la cuarta vez en la que se sucedieron carreras sin sentido por la ciudad desde las primeras del año 2000.