Manuel García García. Hermano mayor de la Macarena

"Retrasar las salidas de las cofradías significaría acabar con la Madrugada"

  • Considera indispensable una reforma en la carrera oficial, sobre todo en la "peligrosa" calle Sierpes

  • Lamenta los sufrimientos de sus nazarenos durante la estación de penitencia

Manuel García ante el azulejo de la Virgen de la Esperanza que hay en las dependencias de la basílica.

Manuel García ante el azulejo de la Virgen de la Esperanza que hay en las dependencias de la basílica. / REportaje Gráfico: Antonio Pizarro

Manuel García afronta los últimos días de ocho años de mandato en los que ha vivido de todo. Se marchará dejando una hermandad tremendamente viva y saneada, con más de 14.000 hermanos, una basílica renovada y las obras de la casa de hermandad en marcha. Asegura que tanto Santiago Álvarez como Fernández Cabrero serían buenos hermanos mayores. Votará el domingo, pero no revela a quién. No teme que la hermandad se fracture tras las elecciones y aconseja a su sucesor que respete el trabajo de sus compañeros para seguir funcionando "como un reloj".

-¿Qué balance hace de sus ocho años como hermano mayor?

-Muy positivo. Han sido ocho años en los que hemos tenido de todo. Tres años jubilares: el de la Fe, el de la Macarena y el de la Misericordia. Hemos llevado a la Virgen de la Esperanza al Estadio de la Cartuja por la beatificación de Madre María de la Purísima. Hemos vivido el 50 aniversario de la coronación de la Virgen, con la ilusión de los macarenos viejos de llevar a la Virgen a la Plaza de España. La Virgen ha estado una semana en la Catedral y no se recuerda una cosa como esa. Hemos celebrado un congreso internacional Mariano y Mariológico que por primera vez lo ha organizado una hermandad. Han sido muchas cosas. También hemos restaurado casi todos los enseres. Lo último han sido las coronas de Dalmás y Armenta y está terminándose de restaurar la saya de la Coronación por parte de Carla Elena. Los ocho años han sido muy positivos.

"Me hubiera gustado una sola candidatura desde dentro de la junta. No ha podido ser y me duele"

-¿Cómo era la hermandad que cogió y cómo es la que deja?

-Creo que ha cambiado para mejor, aunque la Macarena ya era, si no la más importante, una de las hermandades más importantes de Sevilla. Sí es verdad que el Año Jubilar hizo que vinieran a la basílica miles de personas. Muchos de los que acudieron para ganar el jubileo desde toda España volvieron después.

-¿Qué le ha quedado por hacer?

-Siempre quedan algunas cosas. Algo que es insignificante: restaurar el paño cubremesa que usamos cuando hay alguna petición de dinero. Tiene un escudo de la hermandad precioso, pero el terciopelo está hecho polvo. Eso se ha quedado ahí. Las obras de la casa de hermandad no se han empezado hasta ahora porque hubo un retraso en los trabajos que se hicieron en la basílica: las pinturas del techo, la capilla chica y el atrio. De ahí viene el retraso. La obra estaba programada para tres meses y se han prolongado trece por culpa de las rejas, que han tardado mucho tiempo. Ha habido muchos problemas con la fundición.

-¿Qué pasó con el proyecto de manto que le encargaron a Guillermo Pérez Villalta?

-Eso se ha quedado parado de momento. Le pedimos que fuera pintándolo, pero sin asegurarle que lo pudiéramos hacer. Había tanto que hacer y con la crisis no era el momento de gastarse más dinero en un manto cuando había otras prioridades, como la asistencia social.

-Ha vivido momentos muy destacados, ¿con cuál se queda?

-El besamanos del Sagrario fue algo grandioso. Los días del triduo en la Catedral con los tres oradores: don Santiago, obispo auxiliar; don José Mazuelos, obispo de Jerez; y don Juan del Río, arzobispo castrense. Fueron días de gloria. Y después, la misa en la Plaza de España con nuestro arzobispo, don Juan José, fue una misa maravillosa. Y los traslados a la Catedral. La ida, creía que no llegábamos nunca. Y la vuelta, que fue igual. No se podía andar. Hay tantas cosas que no podría quedarme sólo con una.

-¿Y el peor?

-Siempre cuando llega la estación de penitencia. Es imposible. Nos haría falta el doble de tiempo para poder discurrir dignamente con nuestro número de nazarenos. Nuestros hermanos hacen un gran sacrificio que mucha gente no lo reconoce. Tienen que entrar de cuatro en cuatro y, como yo digo muchas veces, al rebujón. Desde aquí les pido perdón a todos mis hermanos porque ellos sí que son los verdaderos sacrificados de esta hermandad. Sin embargo, todos los años hemos intentado entrar y salir a nuestra hora en la carrera oficial y creo que lo hemos conseguido.

"Los dos candidatos tienen cualidades para ser hermano mayor. Los hermanos tendrán que mirar el equipo"

-¿Sufrió tras su primer mandato por todo lo que ocurrió al surgir otra candidatura desde dentro de su junta?

-He tenido la desgracia, digámoslo así, de que tuve oposición las dos veces que me presenté, algo que no le ocurrió a mi antecesor. Tengo que agradecerle mucho al primer opositor, Juan José Morillas, que al día siguiente de las elecciones vino a felicitarme y a ponerse a nuestra disposición. Ha estado durante los ocho colaborando en lo que le hemos pedido. En la segunda ocasión, por desgracia, no ocurrió lo mismo. No vino ninguno a felicitarme ni a ofrecerse. Pero bueno, tampoco pasa nada.

-¿Cómo ha vivido las tensas negociaciones de la Madrugada de los últimos años?

-Había momentos en los que veías que se podían hacer otros sacrificios, no poner siempre como culpable a la Hermandad de la Macarena. Eso me hizo decir a mí un día, en plan de broma, que si los culpables éramos nosotros, que no nos importaría salir en la madrugada del Miércoles al Jueves Santo. Algunos me tomaron por loco y después me dijeron que llevaba razón. No lo dije en serio, pero tuvo su repercusión. Ahora no sé qué arreglo le van a dar, pero no se trata de culpar siempre a la Macarena, cuando somos de los únicos, con las de negro, que cumplimos nuestro horario a rajatabla. La salida por la Puerta de los Palos es a las seis de la mañana y cuando tocan las campanas de la Giralda ya está el paso de palio fuera. Ahí están las estadísticas del Consejo. A la vuelta es verdad que nos relajamos un poco, pero tenemos motivos. Yo miro para atrás y no llevo ninguna cruz de guía. Entonces, ¿qué necesidad tengo de correr tanto? El único problema que podría tener es el cruce con los Gitanos en Laraña y nunca nadie nos ha escuchado protestar porque hayamos esperado diez o quince minutos. Los Gitanos nunca ha creado un problema. Cuando nos han visto llegar han procurado meterse en Orfila como sea para que nosotros pudiéramos pasar. ¿Por qué nos quieren mandar a nosotros por otro lado cuando no tenemos problemas? Los problemas están en el cruce de Zaragoza con Gravina y ahí no participa la Hermandad de la Macarena.

Manuel García posa para los medios gráficos de Diario de Sevilla Manuel García posa para los medios gráficos de Diario de Sevilla

Manuel García posa para los medios gráficos de Diario de Sevilla / Antonio Pizarro

-¿Sigue pensando que la mejor solución posible es romper la Concordia?

-Solamente he dicho eso una vez, en una reunión con los hermanos mayores. Después le pedí perdón a Félix Ríos, hermano mayor del Gran Poder, porque creí que estaba presionando para que nosotros fuéramos por la Alfalfa y así ellos poder coger por Cuna. Me dijo que nunca lo habían pedido. Yo me lo creí y le pedí disculpas. Creo que la Macarena no puede romper una Concordia de más de cien años. Se puede llegar a otros acuerdos.

-¿Cree necesaria una reforma de la carrera oficial?

-Sí. Lo que no soy capaz es de decir cuál, pero una reforma hay que hacer indiscutiblemente. Hay que buscar una solución a la calle Sierpes, que es peligrosa. Los pasos nuestros no pueden andar. Toda la gente que está sentada en las sillas se pone delante y llegan así hasta el Laredo. Hay que ir arrollando a la gente. ¿Quién sufre? Una vez más nuestros nazarenos.

-¿Le gustan las vallas?

-Gustarme no me gustan, pero si resuelven algún problema, sean bienvenidas.

-¿Se cree la versión oficial sobre lo sucedido este año?

-(Largo silencio). Sin comentarios.

-¿Cómo cree que será la Madrugada del próximo año?

-Supongo que habrá menos gente. Ya pasó en el año 2000. La Madrugada tiene muchos problemas. Hay que estudiarlos muy bien. Yo no veo lo de retrasar las salidas. Eso significaría acabar con la Madrugada. Más bien considero un adelanto. No quiero que nadie se moleste, pero si no podemos salir antes de las doce, ¿por qué hay a la una varias hermandades del Jueves Santo en la calle? Yo hice una propuesta para salir más temprano y coger por Relator y la Alameda para no molestar a Montesión. Me dijeron que no podíamos salir a las once. No tengo la varita mágica para saber cuál es la solución, pero lo que se haga no puede estropear más la Madrugada.

-¿Se ha convertido Queipo de Llano en un problema para la hermandad?

-No, para mí no es ningún problema. Está enterrado ahí como hermano mayor honorario, como alma que fue en la construcción de la basílica. Sin él no se hubiera construido. Hace años se cambió la lápida. Cuando se enterró gobernaban otras personas y se pusieron las referencias militares. Ahora no es así. Está enterrado como hermano mayor honorario y la basílica de la Macarena es propiedad privada. Las personas que me tendrían que decir que lo quitemos no lo han hecho y si lo hicieran ya veríamos si nos metemos en pleitos.

"La Macarena no puede romper una Concordia de más de cien años. Se puede llegar a otros acuerdos"

-¿Le hubiera gustado que hubiera una sola candidatura en las próximas elecciones?

-Sí. He tenido conversaciones con los dos para que así fuera. He hecho la petición dentro de la junta de gobierno para que llegaran a un acuerdo. He hablado con el director espiritual para ver si los podía convencer, e incluso lo hice con el arzobispo. No ha podido ser y me duele que hayan salido dos de la junta.

-¿Votará el domingo?

-Sí, sí. Votaré. Como político que he sido siempre digo que el voto es secreto.

-¿Qué destacaría de los candidatos?

-No quiero decir nada para que no parezca que me decanto. Los dos tienen cualidades para ser hermanos mayores. Ahora bien, habrá que mirar despacio, y son los hermanos los que tienen que hacerlo, quiénes son los que acompañan a cada uno. Ya no sólo se trata de la cabeza visible, sino del equipo. Que luego cada uno en conciencia escoja el que le parezca mejor. Ellos dos podrían ser buenos hermanos mayores. Al final está clarísimo que va a salir el que quiera la Virgen de la Esperanza.

-¿Considera candidato oficialista a alguno de los dos aspirantes?

-No. Los dos están conmigo en la junta. Llevan mucho tiempo como oficiales. Conocen la hermandad...

-¿Teme una hermandad partida tras lo que ocurra el domingo?

-No. Parece que el resultado es más incierto en esta ocasión. Yo las dos veces gané casi por el doble. Yo no creo que se rompa. Los hermanos son sensatos. Mucha culpa de las cosas que pasan las tienen las redes sociales. Antes era todo más tranquilo. Estoy casi seguro, por no decir seguro del todo, que no va a haber ningún problema.

-¿Qué consejo le daría a su sucesor?

-Que haga lo mismo que hemos hecho nosotros. Que cada uno tenga su sitio y su responsabilidad, sin meterse en lo que hace el otro. Y cada vez que haya junta, que por norma general es una vez al mes, se ponga todo en común. Así hemos funcionado como un reloj.

-¿Considera que la Semana Santa está en crisis?

-No creo. Lo que pasa es que los tiempos cambian. Ahora le gente actúa de otra forma. Antes había más respeto. La sociedad ha cambiado, pero no creo que la Semana Santa esté en crisis.

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