Rincones con encanto

En ella, todo se habrá consumado

  • SAN LORENZO.Hubo un tiempo, siglos ha, en que todo era una gran plaza que rodeaba a la parroquia, templo que en el Siglo XIII pertenecía al grupo de iglesias gótico-mudéjares

Nunca desierta, siempre íntima, la plaza de San Lorenzo, casa del Señor donde acaba la gran celebración.

Nunca desierta, siempre íntima, la plaza de San Lorenzo, casa del Señor donde acaba la gran celebración. / RUESGA BONO

Llegamos al final, en breve todo se habrá consumado y nada mejor que situarse en el epicentro del caos que significa para el sevillano la confirmación de que la Semana Santa se ha terminado. Sístole y diástole de la Pasión según Sevilla es la plaza de San Lorenzo, que tiene entre sus vecinos desde hace doce años al autor de ese milagro que vive en el rincón nordeste de la plaza, al dueño de la gubia celestial que talló al Señor de Sevilla.

San Lorenzo es un remanso de tranquilidad y en el medievo era conocida como Plaza Mayor de San Lorenzo, ya que rodeaba todo el perímetro de la iglesia abarcando también lo que hoy es Hernán Cortés. A esta plaza van a desembocar Eslava por el noroeste, Juan Rabadán y Martínez Montañés por poniente, Cardenal Spínola por el sur, Cantabria y Conde de Barajas por el sureste. Cinco calles que suelen ser los afluentes principales de esa cuenca receptora que es presentarse ante el Gran Poder todos los viernes del año.

En el año 2005, esta plaza se enriqueció con monumento al hombre que esculpió al SeñorSan Lorenzo escenifica el drama del cierre de la Semana Santa con el adiós de la Soledad

Las caras sur y oeste están habitadas, bien por particulares o por negocios como estanco, farmacia o el bar San Lorenzo, mientras que la de levante se llena con El Sardinero, bar que hace esquina con Conde de Barajas, un despacho de Apuestas del Estado y con la Basílica del Gran Poder . Y en la cara sur, justo donde vive el doctor Francisco Gallardo, existe desde 1987 un mosaico que recuerda la figura del célebre cantautor de sevillanas Francisco Palacios El Pali.

Pero todo gira en San Lorenzo en torno a su parroquia, que data del Siglo XIII como construcción gótico-mudéjar y que sufrió varias remodelaciones en los siglos XVII, XVIII y XIX. Destaca su fachada, diseñada en 1625 por el arquitecto Diego López Bueno. Constaba la iglesia cuando fue construida de tres naves, pero las distintas remodelaciones propiciaron el aumento a dos más en los laterales.

La capilla que está entrando a mano izquierda fue la que ocupó el Gran Poder hasta que en 1966 se trasladó a su nueva casa, la Basílica Menor que se sitúa en el ángulo nordeste de la plaza. Hasta ese momento había compartido vivienda con la Soledad. A su marcha, la parroquia acogería también a la hermandad del Dulce Nombre, la popularmente conocida como la Bofetá. También se da culto a la Virgen de Rocamador, cuyo retablo está formado por un único cuerpo que enmarca la pintura mural de dicha imagen.

Destaca el retablo mayor, que se encuentra compuesto por banco, dos cuerpos y ático; la arquitectura y estructura del mismo fue realizada por Martínez Montañés, que inició las obras en 1632. El tabernáculo había sido realizada con anterioridad, en 1625, por Diego López Bueno. En septiembre de 1645, por controversia en el desarrollo de la obra, Montañés transfirió a Felipe de Ribas la ejecución de la imaginería, siendo las esculturas del crucificado, San Lorenzo y los ángeles obra de los hermanos Felipe y Francisco Dionisio de Ribas, realizadas en 1652.

El Sagrario es obra también de Diego López Bueno de 1625 y cuenta con pinturas de Francisco Pacheco. A ambos lados del retablo mayor se encuentran pinturas de Juan de Uceda y de Francisco Pimentel. La capilla de la Concepción está presidida por un retablo realizado por Francisco Pacheco en 1623. Desde el año 2005, la plaza de San Lorenzo cuenta con un monumento a Juan de Mesa, obra realizada por el escultor sevillano Sebastián Santos Calero, autor de muchas obras entre las que se cuenta el monumento a Curro Romero en la Maestranza. En su inauguración, la estatua de Juan de Mesa fue bendecida por el entonces arzobispo de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo Vallejo. En él figura el escultor en un momento de descanso durante la tarea que fue tallar al Gran Poder.

Aledaña a la parroquia, la Casa del Señor. Obra del prestigioso estudio de los arquitectos Balbontín Orta y Delgado Roig, está inspirada en el romano Panteón de Agripa. De estilo neobarroco, este templo, calificado como Basílica Menor, fue inaugurado el año de 1965 siendo arzobispo de Sevilla el cardenal José María Bueno Monreal. En cuanto al exorno exterior de la plaza, hay que destacar otros azulejos o retablos conmemorativos, como uno del Gran Poder, otro de la Virgen del Dulce Nombre y el bajorrelieve en honor del cardenal Marcelo Spínola.

Pero la Plaza de San Lorenzo, con su grandeza, no sería tanto sin lo que significa para la Semana Santa de Sevilla. Cuando estas líneas lleguen a sus manos ya se habrá producido la eclosión que significa en el barrio y en el mundo el retorno del Gran Poder a su casa. Habrá sido a la amanecida y con los vencejos revoloteando en la vertical de su figura. Se habrá hecho el silencio que sólo provoca el Señor de Sevilla y San Lorenzo se quedará a solas.

Pero no será por mucho tiempo, ya que mañana es Sábado Santo y si la jornada la cierra la Soledad, quiere decirse que con el adiós de la Soledad entrando de espaldas para no dejar de mirar a Sevilla se habrá cerrado una Semana Santa más, o una menos como dicen algunos sin que les falte un ápice de razón. Ahora sí que todo se habrá consumado, se hará la negrura en San Lorenzo y hasta el año que viene si el Señor lo tiene a bien.

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