El presidente de la asociación de empresarios hosteleros de Sevilla, Pablo Arenas, alertó ayer de que el cierre adelantado de los bares en los enclaves "críticos o conflictivos" durante la próxima Madrugada afectará a un total de 226 negocios. Arenas volvió a hacer un llamamiento para no "criminalizar" a la hostelería y reclamó "proporcionalidad y mesura" en las medidas.

Arenas celebró una reunión con el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Javier Millán, para hablar sobre la organización de la próxima Semana Santa, cuya planificación incluye adelantar de las 03:00 a la 01:00 el cierre de algunos establecimientos hosteleros de determinados espacios del casco histórico durante la Madrugada. Esta medida, destinada a reforzar la prevención, autoprotección y seguridad durante la Semana Santa, pretende evitar que haya personas consumiendo alcohol en la vía pública después de que la última Madrugada, como ha reiterado el delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera.

En concreto, el Ayuntamiento plantea el "cierre adelantado" de los establecimientos que se encuentran en zonas "conflictivas" por la importante afluencia de público, donde el horario máximo de apertura se reducirá de las 03:00 a las 01:00. Este cambio horario afectará principalmente a los bares de copas y no perjudicará a los establecimientos que tienen una licencia con un horario más restrictivo y que habitualmente permanecen cerrados en esa franja horaria. La restricción se aplicará en zonas como la Alfalfa, la calle Arfe, Reyes Católicos, Julio César, el Paseo de Colón, la Encarnación, la Cuesta del Rosario y la plaza de la Pescadería, considerados los lugares más problemáticos por el Cecop.

Frente a ello, el presidente de la patronal sevillana de hostelería expuso a Europa Press que los empresarios están "hartos" de que se les "criminalice" y se les señale como "responsables de las avalanchas del año pasado". Arenas, en ese sentido, defendió que los hosteleros están "dispuestos a colaborar" en las necesarias garantías para los cortejos procesionales y el público, pero a la vez pidió "proporcionalidad y mesura". "Queremos sentido común y no posiciones extremas", dijo, avisando de que el mencionado cierre anticipado es una medida "casi impuesta" que ya habría sido "decidida" como tal por el gobierno local.Por su parte, el delegado Juan Carlos Cabrera aseguró ayer que el acuerdo con los hosteleros estaba próximo a cerrarse: "Se trata de lugares muy concretos y no es algo tan perjudicial porque no hay tantos bares que cierren a las tres.

Es algo medido, consensuado y que cuenta con el compromiso de la hostelería".Tras su reunión, Javier Millán, portavoz de Ciudadanos, también se refirió a esta regulación de los horarios para la Madrugada. Consideró "necesario ordenar y regular para garantizar la seguridad", pero instó al gobierno local socialista a que "se deje guiar por un criterio de prudencia y de mesura". "No vemos admisible asociar el sector hostelero con los incidentes y no es acertado criminalizar a los empresarios y hacer descansar sobre ellos la seguridad de esta ciudad. Es evidente que hay que ordenar y regular para garantizar la seguridad, pero siempre con equilibrio y proporcionalidad", expuso.