“Ahora me está sonriendo”. Con esa frase abandonaban José Castro y Carmen Domínguez la iglesia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. Se referían al Cristo del Perdón, que tiene una nueva clámide morada gracias al regalo que este matrimonio les hizo ayer tras la misa de las ocho de la tarde. José, al que su devoción por esta talla le viene desde niño gracias a sus padres, transmitió su fidelidad desde el casamiento en los años setenta a su mujer: la bordadora Carmen Domínguez. Ella ha convertido un diseño de su alumno Enrique Carrascal con borlones de Sergio Guzmán en realidad gracias a sus curtidas manos, que ya han realizado tres clámides -una blanca y otra burdeos- para este Ecce Homo ubicado en la puerta catedralicia que le da nombre en la calle Alemanes.

Carmen Domínguez, alumna de José Carrasquilla y que continúa con su labor de bordado actualmente en la Hermandad de Montserrat, y José Castro, que visita el zaguán de la Puerta del Perdón todos los viernes, hicieron hincapié durante la entrega de la “protección” que siempre les ha dado el Cristo para que todo saliera bien. “Le pido que me cuide a mí y a mi familia”, añadía Carmen, que acariciaba la pieza mientras aceptaba sonriente los elogios de sus compañeras de bordado y de hermanos de la corporación sacramental.

Guillermo Mira, presidente de la Archicofradía Sacramental del Sagrario, fue el anfitrión del acto de entrega de la prenda, que acaparó numerosos elogios del reducido grupo de fieles que pudieron disfrutar de este momento. Mira, que obsequió al matrimonio donante con un relicario de uno de los cordones usados por el Cristo del Perdón, se mostró agradecido por el regalo y explicó que será estrenado en el próximo triduo en su honor, que tendrá lugar del 7 al 9 de marzo. La pieza, que fue bendecida por Manuel Cotrino, párroco del Sagrario, fue colocada con mimo sobre la talla por el prioste de la cofradía.