¿Por qué se presenta a hermano mayor?

Me presento por responsabilidad, porque creo que es bueno para la hermandad que continúe el modelo de trabajo de los últimos años y las personas que lo han hecho posible. Por el convencimiento de que, en lugar de cambios bruscos, sorpresas o golpes de timón, es deseable la continuidad, la sensatez y la renovación tranquila. Y porque creo que queda mucho por hacer.

Cite algunos de sus principales proyectos e ideas

Potenciar las ayudas a las familias afectadas por la crisis, mejorar la formación, ejecutar una reforma integral de la casa hermandad, proseguir el camino emprendido estos últimos años en gestión, comunicación y patrimonio, someter a la aprobación de los hermanos determinados aspectos de los cultos externos… Nuestro proyecto es muy ambicioso. Pero el punto de partida es seguir fomentando la participación de los hermanos en la vida interna y cotidiana de la corporación, dándoles voz y haciendo que sientan la hermandad como lo que es: su casa.

¿Considera necesaria alguna reforma en la Madrugada?

.Todo tiene margen de mejora. También la Madrugada. Habrá que llegar a soluciones razonadas y razonables mediante el diálogo fraterno entre las seis hermandades del día.

¿Cree que el proceso electoral ha abierto heridas que serán difíciles de cerrar?

No creo que debamos dramatizar en exceso. Que haya dos candidaturas enriquece el debate y da al hermano la oportunidad de elegir la propuesta o modelo que más se asemeje a su idea de hermandad o modelo que considere más positivo. Eso sí: todo tiene un límite, que es el del respeto y las relaciones entre hermanos. No todo vale en unas elecciones de una hermandad.

¿Cree que las campañas electorales en las cofradías están sobredimensionadas y se asemejan cada vez más a las estrategias de los partidos políticos?

Es posible. Por eso, nuestra intención, desde que se inició el proceso electoral, fue respetar el calendario que marcan las reglas, al otro candidato y a la imagen de la hermandad. Entiendo que hay formas y estrategias que son lícitas en la política, pero no en las hermandades ni en el seno de la Iglesia.

¿Qué papel deben jugar las hermandades en la sociedad actual?

Como ha señalado nuestro arzobispo en su última carta pastoral, las hermandades deben tener clara su identidad religiosa y deben ser herramientas de apostolado, procurar la santificación de sus miembros a través del culto y la formación y acrecentar la labor caritativa y asistencial. Debemos, pues, ser vehículos de conversión y de servicio a los pobres, aprovechando nuestro potencial evangelizador.