Análisis de las jornadas de Semana Santa. Los problemas de horarios e itinerarios.

Domingo de Ramos: la importancia de los controles

  • El día que más pasos y horas de procesiones tiene en la carrera oficial requiere de un esfuerzo extra de sus ocho hermandades para que todo salga bien

El Domingo de Ramos es la jornada con más horas de carrera oficial. La Sagrada Entrada en Jerusalén planta su cruz de guía en la Campana a las 16:30 de la tarde. Es el día con más pasos, 18, y sólo dos de ellos procesionan sin música, el Cristo de la Humildad y Paciencia de la Cena y el crucificado del Amor. Además, es la jornada inaugural de la Semana Santa, por lo que cualquier obstáculo o incidencia que pueda haber en la carrera oficial, o en cualquier calle, y no haya sido subsanado anteriormente, repercute en el normal discurrir del día y sus desfiles procesionales.

Al tratarse de un día festivo y no laborable, las calles de la ciudad se encuentran repletas de público ávido de ver cofradías tras un largo año de espera, lo que también dificulta el andar de los pasos. Igualmente, las hermandades que componen la nómina sacan un gran número de nazarenos, pasan de los 1.000 la mayoría de ellas, e incluso los 2.000, como es el caso de la Estrella. Sólo la Hermandad de Jesús Despojado presenta un cortejo de menores dimensiones, aunque también es cierto que tiene el menor tiempo de paso de toda la Semana Santa para una cofradía con dos pasos y música: 25 minutos.

Todos estos factores hacen que el Domingo de Ramos sea el único día de la Semana Santa que tiene fijados controles voluntarios por las hermandades fuera de la carrera oficial. Son una serie de puntos de verificación que, año tras año, los hermanos mayores firman y se comprometen a cumplir. Su finalidad es clara: velar por el buen discurrir de los cortejos no sólo en la carrera oficial, sino también fuera de ella, para que no se produzca un colapso que impida a las cofradías poder avanzar con normalidad y permitir así que el retraso acumulado o las molestias provocadas a las restantes corporaciones sean las mínimas.

Uno de esos controles es el que tiene la Hiniesta en la calle Placentines a la altura del centro comercial Peyré. La corporación de San Julián se compromete a que el último músico del palio tiene que encontrarse en ese lugar a una hora determinada para que la cofradía que la sigue, San Roque, pueda comprimirse entre este punto y la Puerta de los Palos de la Catedral. El beneficio es para la Hermandad de la Estrella, que así puede salir del templo metropolitano y girar a la derecha en busca del Arco del Postigo. "Es sólo uno de los puntos, pero hay más y son vitales para que todo vaya bien", explica José María Lobo, delegado del día durante ocho años y una de las personas que mejor conoce el funcionamiento de la jornada.

Por lo demás, es una jornada en la que todas las cofradías están especialmente encorsetadas en sus respectivos tiempos de paso, pero en la que, por regla general, salvo días de lluvia, como ocurrió en la reciente Semana Santa de 2007, no suele haber un retraso de más de 10 minutos en condiciones normales.

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