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El Gran Poder instalará una mampara para asegurar la imagen del Señor

  • El hermano mayor de la hermandad, Enrique Esquivias, asegura que dicha actuación podría quedar definida en las próximas semanas.

La Hermandad del Gran Poder ha acordado en Cabildo de Oficiales la instalación de una mampara de seguridad en torno a la talla del Señor, obra del escultor Juan de Mesa, con la pretensión de definir en la próxima semana los términos concretos en los que se llevará a cabo esta actuación después del ataque que sufrió por parte de un funcionario de prisiones en la basílica de San Lorenzo, lo que valió al agresor su imputación en un delito de atentado contra el patrimonio histórico y su suspensión provisional de funciones por parte de Instituciones Penitenciarias.

El hermano mayor del Gran Poder, Enrique Esquivias, explicó que la hermandad finalmente tiene "claro" que la habilitación de una mampara que llegue hasta los hombros de la imagen y que proteja el pedestal y los laterales con barandillas -de una de las cuales se valió el agresor para apoyarse en su ataque- es la mejor solución con vistas a la pronta normalización del culto, pues la prioridad es volver a abrir el besapiés a diario.

Los términos que quedan por definir de la intervención, que Esquivias calificó como "obra menor" que no precisará del acuerdo del Cabildo general, versan en torno a algunos problemas que podrían derivarse de la refrigeración y la iluminación en el templo.

Dicha actuación, precisó el hermano mayor del Gran Poder, podría quedar definida en las próximas semanas, pues la intención de la hermandad es que en el mes de septiembre quede solventada una actuación que posibilitaría poder prescindir del refuerzo de la vigilancia privada instaurada en la basílica desde que se produjo la agresión.

El Cabildo ya resolvió en sesión extraordinaria no personarse en las diligencias incoadas en contra de este funcionario de prisiones por el Juzgado de Instrucción número 10, ratificando su total "colaboración" con la acción de la justicia. Al respecto, Esquivias consideró que la mayor "gravedad" de los hechos es la relativa a los "efectos sobre los sentimientos y convicciones religiosas" de los feligreses y seguidores de la hermandad, dado que los desperfectos ocasionados en la talla son subsanables. 

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