Las hermandades de El Silencio y La Quinta Angustia han asegurado que van a acatar el decreto del arzobispo de Sevilla que obliga a las hermandades a permitir la salida de nazarenas y, mientras que la primera ha anunciado que lo incluirá también en la actualización de sus reglas, la segunda no lo cree necesario.

En este sentido, el hermano mayor de El Silencio, Alberto Ybarra, ha explicado que se trata de un decreto "de obligado cumplimiento" que será acatado, por tanto, como "una regla más" de la hermandad. "Estamos supeditados a las autoridades eclesiásticas y se acatará", ha añadido.

No obstante, ha asegurado que la hermandad ya había iniciado un proceso de reforma de sus reglas en el que estaba previsto incluir este asunto, pero aclara que "eso va por otro lado y sigue otros tiempos, durante todo el año 2011".

En este sentido, ha precisado que la "adecuación y actualización" de las normas de la hermandad tienen que pasar primero por una Comisión de Reglas y aprobarse posteriormente en un Cabildo General, por lo que "en dos meses no se puede reformar una regla".

Asimismo, ha admitido que no se había planteado antes en el seno de la hermandad el debate sobre la igualdad de género, porque no existe la misma intensidad en la reivindicación por parte de las hermanas que en otras cofradías. "Yo he hablado con algunas y sí tenían intención de salir, pero tampoco excesiva", apunta.

De igual forma, el hermano mayor de La Quinta Angustia, Manuel Losada, donde al igual que en El Silencio y en El Santo Entierro aún no se había autorizado la salida de mujeres nazarenas, ha anunciado igualmente este miércoles que el decreto "se va a acatar como no puede ser de otra manera".

En todo caso, según ha concretado,  no iniciarán un proceso de reforma de sus reglas para incluir este aspecto porque "con el decreto no hace falta".

En un decreto que entrará en vigor el próximo día 2 de marzo, monseñor Juan José Asenjo ha determinado la "plena igualdad de derechos" entre los miembros de las hermandades de Sevilla con el fin de que no "sea posible discriminación alguna en razón al sexo, incluida la participación en la estación de penitencia como acto de culto externo".