Coronación canónica de la Virgen de regla La misa estacional y la procesión de regreso

Una ceremonia solemne y brillante

  • El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, coronó a la Virgen de Regla cuando faltaban 10 minutos para las 13:00 · El prelado instó en su homilía a seguir a María "como medianera entre Dios y los hombres"

La Virgen de Regla ya es la Dolorosa sevillana número 16 que está coronada canónicamente (computando imágenes de Semana Santa e imposiciones litúrgicas posteriormente convalidadas, sin incluir la provincia). Desde que el cardenal Segura coronara a la Amargura el 21 de noviembre de 1954 hasta que ayer, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, impusiera la presea de oro a la Dolorosa de los Panaderos, han pasado casi 56 años. Un tiempo en el que la Iglesia ha distinguido con este privilegio a algunas de las imágenes con más devoción de Sevilla, como la Macarena, la Esperanza de Triana, o la Estrella, por citar sólo algunos ejemplos.

La de ayer fue la primera coronación del arzobispo Asenjo a una Virgen en la capital. Ya había hecho lo propio el pasado verano con la Virgen de la Estrella, patrona de Valencina de la Concepción. La misa estacional de coronación de María Santísima de Regla fue ante todo una celebración solemne y llena de recogimiento. No hubo aplauso tras la imposición, y sí tras las palabras finales del hermano mayor, Emilio Santiago, al dirigirse a los asistentes para dar las gracias. También hubo un ovación cuando Santiago le entregó al arzobispo una cruz pectoral de plata de ley realizada por los Hermanos Delgado, como recuerdo y reconocimiento de la hermandad hacia el prelado.

El momento más esperado, el rito de la coronación, comenzó tras el rezo del Credo. Las camareras de la Virgen, entre las que se encontraba Esther Ortego, delegada de Glorias del Consejo de Cofradías, fueron las encargadas de portar la presea de oro magistralmente labrada por los orfebres Hermanos Delgado. El reloj señalaba las 12:50 -hora que quedará marcada con letras de oro en la historia de la corporación del Miércoles Santo- cuando Manuel Soria, delegado diocesano para las hermandades y cofradías, hermano de los Panaderos y una de las personas que más ha tenido que ver en la coronación cogía la presea para entregársela al arzobispo. Asenjo, con gran soltura, se la impuso a la Virgen para mayor gozo de los hermanos.

Tras el arzobispo se subió al paso el prioste de la hermandad para ajustar bien la pieza, mientras que la coral Brahms, del Colegio Internacional Europa, entonaba el Aleluya de Boice. Esta formación musical contribuyó a dar mayor solemnidad a la eucaristía con la magistral interpretación de diversas obras clásicas. La coral de la Catedral y el organista tuvieron igualmente una destacada actuación.

Pero antes de que todo eso ocurriera se vivieron otros momentos no menos importantes. Al comienzo de la ceremonia, en la que estuvieron presentes la segunda teniente de alcalde y delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro; y el portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento, Juan Ignacio Zoido; además de numerosos hermanos mayores y dirigentes cofradieros, el padre Soria Campos tomó la palabra para leer el decreto de coronación: "Examinada la documentación y cumplidos los requisitos litúrgicos y canónicos y considerando la importancia de la coronación pedida por numerosos hermanos y fieles, decidimos aprobar la coronación..." .

Durante la homilía, el arzobispo Asenjo hizo un canto a la realeza de la Virgen María y del misterio de su coronación. Antes de entrar en materia, el prelado se dirigió a los hermanos de los Panaderos haciendo referencia a la frase "de pie, a tu derecha está la reina enjoyada con oro", del salmo 44: "Estas palabras sintetizan con mucha propiedad el significado más hondo de la ceremonia que en esta mañana nos convoca, la coronación canónica de la Santísima Virgen de Regla, acontecimiento largamente soñado por todos vosotros. Por ello, es natural la alegría que percibo en vuestros rostros y el calor que alienta en vuestros corazones en este día que quedará escrito con caracteres indelebles en la historia cuatro veces centenaria de vuestra hermandad".

El prelado explicó el significado espiritual de la ceremonia y acercó a los fieles la figura de la Virgen María: "La Iglesia corona las imágenes de la Virgen porque está convencida de que, después de su asunción a los cielos, María fue coronada por la Santísima Trinidad como reina y señora de todo lo creado. Esta verdad, creída siempre en la Iglesia, hunde sus raíces en la Palabra de Dios".

El arzobispo se refirió a María como "signo de esperanza segura y de consuelo hasta que llegue el día del Señor", y añadió que "es el lugar de encuentro de la humanidad con Dios, el camino más enderezado para llegar a Él y el cauce divino a través del cual nos llegan todas las gracias necesarias para nuestra santificación y para nuestra fidelidad, como medianera que es entre Dios y los hombres".

Asenjo instó a los hermanos y fieles a seguir la senda de María y a ponerla en el centro de los corazones: "Que a partir de hoy, con un gozo y fervor renovados, la Santísima Virgen de Regla sea el centro de nuestros pensamientos, el norte de nuestros anhelos, el apoyo de nuestras luchas, el bálsamo de nuestros sufrimientos y la causa redoblada de nuestras alegrías".

La Jornada Mundial de la Juventud que presidirá el Papa Benedicto XVI el próximo verano en Madrid y en cuyo cortejo participará la Virgen de Regla, también estuvo presente en la homilía de Asenjo: "Yo agradezco de corazón el ofrecimiento libre y espontáneo de vuestra hermandad, que no en balde lleva el titulo de Pontificia. Contad conmigo en todo lo que os pueda ayudar, especialmente en los aspectos celebrativos. Estoy seguro de que la Santísima Virgen os va a devolver con creces todo cuanto hagáis por ella en esta ocasión memorable y que este acontecimiento va a marcar con letras de oro la historia secular de vuestra corporación".

Antes de la bendición final, se procedió a la lectura del acta de la coronación y a su posterior rúbrica por parte del arzobispo, el hermano mayor, Manuel Soria, el párroco de San Andrés, Manuel Campillo; la delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro, y el canónigo Luis Rueda.

El hermano mayor, Emilio Santiago, se dirigió a los fieles para mostrar su gratitud y alegría por la ceremonia: "Gracias a Dios y a su bendita Madre. Y a mis padres por formarme en el amor a la Hermandad de los Panaderos".

El último en tomar la palabra, antes de rezar la salve a la Virgen de Regla, fue el arzobispo, quien felicitó a la corporación , al hermano mayor, a Manuel Soria, al párroco de San Andrés, Manuel Campillo; y a Isacio Siguero, delegado de Asuntos jurídicos de las hermandades, "por una ceremonia brillantísima".

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