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Cofradias

Una cuaresma un 5% más cara

  • El encarecimiento de los transportes, por la subida de los combustibles, ha provocado que productos como las pastillas de carbón para quemar el incienso cuesten este año tres euros más de lo habitual

Una Semana Santa alta y con altos precios. Los bolsillos de los cofrades no van a a permanecer ajenos a la subida que experimentaron los precios antes de que acabara 2007 y que ha tenido una clara influencia en los productos y en los servicios propios de esta celebración religiosa. Una situación que se constata en lo que llevamos de cuaresma, cuando las familias sevillanas ya han comenzado a preparar la próxima Semana Santa. Terciopelos, flores, dulces y otros elementos típicos de estas fechas han visto incrementado sus costes, yendo parejo en la mayoría de las ocasiones al porcentaje de subida generalizado del resto de productos.

Un incremento que en el caso de los alimentos de primera necesidad como el pan, la leche y los huevos se sitúa sobre un 4,5 por ciento, y que repercute en los dulces que muestran los escaparates de las confiterías sevillanas en estas fechas. Las torrijas y los pestiños seguirán esta tónica general, con el mismo porcentaje de aumento.

De esta forma, degustar el año pasado una torrija en la Confitería Ochoa, situada en plena Carrera Oficial, costaba 2,20 euros, y esta cuaresma 10 céntimos más. Algo similar ocurre con el pestiño, que si bien mantiene su coste en gran parte de las cafeterías tradicionales, en otras alcanza los 1,25 euros, aumentando un 4,5 por ciento su precio respecto a 2007.

Pero, no sólo de repostería vive el capillita, que tendrá que perderle el cariño a sus euros si quiere probar el bacalao con tomate, ya que un kilo de este pescado ha subido 60 céntimos respecto al año pasado. Un incremento por otra parte que ya viene siendo habitual en los últimos años. No ocurre así con las espinacas, que en la mayoría de los casos mantienen su precio como la cuaresma pasada, lo que se traduce en unos 3,60 euros la tapa, lo que cuesta en la conocida taberna del Rinconcillo.

Del sabor pasamos al olor, porque el olfato también se ha percatado de esta subida. Y no precisamente por el incienso, que aunque se haya encarecido suele equilibrar su precio de venta con la mezcla de otras especias más baratas. La diferencia llega con el carbón para quemarlo que ha experimentado una subida del 20 por ciento.

Alfonso Aguilar, propietario de Incienso de Sevilla, explica que una caja de 100 pastillas (unidad mínima que se vende) costaba el año pasado 15 euros y éste 18. Dicho incremento tiene cierta repercusión en las arcas de las hermandades que suelen comprar a principios de año una cantidad media de 5 cajas para el sahumerio de cultos internos y cofradía. Con lo cual, el aumento total puede llegar hasta los 25 euros.

Hay que tener en cuenta que uno de los motivos de esta subida en los precios se encuentra en el encarecimiento del biodiésel, carburante ecológico poco cofradiero que es el causante del aumento espectacular de los combustibles y por ende de los transportes. De ahí que productos que no son de estricta necesidad como ciertos tejidos y flores hayan alzado su precio al crecer también el coste del porte.

Así nos lo explica Charo Ruiz, gerente de la tienda El Rincón del Nazareno, cuando justifica la subida del metro de terciopelo -empleado sobre todo en los antifaces de hermandades de barrio- en un 4 por ciento al haberse encarecido el porte de este material. Este crecimiento coincide con el de la célebre tienda de tejidos Velasco, ya que el terciopelo (el de mayor calidad procede de Lyon) ha pasado de costar 25 euros a 26. Subida de gran repercusión para los talleres de bordados, al ser este material -junto con el hilo de oro- uno de los principales empleados y que suele comprarse en grandes cantidades.

No sólo el terciopelo, también el cinturón de esparto ha subido un 2 por ciento, situándose su precio medio en 51 euros frente a los 50 del año pasado. No obstante, aquí adquiere bastante importancia la mano de obra, que hace variar los costes sustancialmente de un establecimiento a otro.

Aunque los incrementos en el terciopelo y el esparto ya se han detectado, en muchos casos no afectarán directamente al cliente, debido a que las tiendas tradicionales de ropa de nazarenos y tejidos litúrgicos suelen hacer "el mayor pedido" a finales de verano, por lo que apenas les ha afectado esta acelaración de los precios. Esto es lo que ha ocurrido en las cererías, que compran su materia prima a principios de septiembre, cuando se reemprende la actividad en las hermandades. No obstante, en la Antigua Cerería del Salvador ya se vaticina una subida, que se percata en las nuevas facturas, por lo que el próximo año el porcentaje puede alcanzar hasta un 5 por ciento. Tendrán que hacer cábalas más de un mayordomo para cuadrar las cuentas de su cofradía.

El apartado de las flores resulta el más complejo para fijar una subida, debido a que los precios oscilan bastante de un tipo de flor a otra, y dentro de una misma clase la calidad condiciona también el precio. Aparte de la subida en el transporte, el precio también está determinado por las condiciones meteorológicas, como asegura José Carmona, gerente de Floristería Suroeste, una de las mayores proveedoras de flores a las hermandades sevillanas. Un factor que se ha de tener en cuenta cuando se aproxima la Semana Santa, porque puede duplicarse incluso el precio de un clavel, como ocurrió hace dos años.

Dejando a un lado la cuestión meteorológica, y tomando la calidad como referente, el precio de un clavel puede oscilar entre los 14 y los 30 céntimos de euros. Si nos situamos en el más barato, su coste se ha encarecido en un 42,8 por ciento, alcanzando los 20 céntimos. Teniendo en cuenta que un monte de claveles necesita como mínimo una media de 180 docenas, el incremento costaría cerca de 130 euros. En el caso de la rosa, que en la Floristería Montero de la calle Sagasta cuesta la especie más barata 80 céntimos, el incremento puede situarse en un 87,5 por ciento, sin tener en cuenta el IVA ni el precio del transporte. Por su parte, el iris (que sustituye en la mayoría de las ocasiones al lirio) también es previsible que se encarezca, aunque todavía no se le ha fijado un precio definitivo, ya que hasta ahora no ha comenzado a cortarse.

En definitiva, una subida que ateniéndose a los porcentajes señalados en el gráfico, tendrá de media un 5 por ciento, sin tener en cuenta el precio en el que se sitúan las flores. Un incremento que irán notando los bolsillos conforme se vaya acercando la Semana Santa y que hará mella en los monederos sevillanos cuando llegue el Domingo de Resurrección. Dura penitencia.

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