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Las nuevas técnicas para obtener las reproducciones

La fotogrametría es el futuro de las copias

  • El nuevo sistema basado en imágenes digitales permite reproducir una talla sin necesidad de intervenir en ella

La fotografía digital empieza a sustituir al molde tradicional. El campo de la reproducción artística, aplicado a la obtención de copias de seguridad, ha ido modificando sus procedimientos sustancialmente a lo largo de los siglos. Desde el método de cuadrícula usado por los egipcios hasta las ampliadoras y reductoras de finales del siglo pasado. Pero la digitalización ha logrado dar un paso más allá y hoy día se cuenta con técnicas informáticas que hacen posible conseguir una copia sin intervenir en la imagen para obtener un vaciado. La fotogrametría es la técnica que ya empieza a utilizarse en la imaginería y con la que se logra obtener una copia sin necesidad de que la mano del hombre actúe.

Juan Manuel Miñarro ha sido el primer imaginero en utilizarla en Sevilla. Concretamente, durante la restauración de la imagen de la Virgen del Buen Aire -obra de Juan de Oviedo de 1607 que ahora se encuentra en el Seminario Metropolitano-, de la que el Cabildo Catedral solicitó que se realizara una copia de seguridad.

La delicada situación en la que se encontraba la imagen obligó a no manipularla bajo ningún concepto. Fue entonces cuando se contactó con Antonio Almagro, principal especialista en el uso de esta nueva técnica.

Como su nombre indica, es la fotografía el principal instrumento para obtener la información necesaria que luego sirva para el soporte. La imagen a reproducir puede fotografiarse desde todos los ángulos posibles. Habrá que tener en cuenta siempre la posición y orientación de la cámara métrica, que es aquella que posee una óptica exenta de distorsión, habitualmente usada en la topografía. Actualmente se han mejorado con una nueva versión de cámaras llamadas "simétricas", que permite calibrar con mayor exactitud el punto, ángulo y distancia de enfoque. Toda esta información gráfica constituye la memoria que antes conseguía el molde.

Una vez obtenidas las fotografías se pasará a la restitución, fase que consiste en el cruce de los perfiles que muestran las imágenes tomadas. Hoy día el método más usado es el analítico. A través de unos restituidores digitales se obtiene una imagen tridimensional a partir de las coordenadas verticales y horizontales descritas en las fotografías. Este es un trabajo propio de la planimetría en el que se cruzan los datos de las distintas secciones en las que se divide el cuerpo de la talla. Hasta aquí llega la aportación del nuevo sistema. Se logra una copia virtual exacta que se puede reproducir en distintos tamaños. Sólo hay que aumentar o disminuir la escala. Otra de las ventajas que aporta la fotogrametría.

La obtención de la copia en sí es quizá la fase que queda por perfilar. Según Miñarro, la solución se encuentra en la utilización de impresoras y fresadoras 3D, instrumentos que ya son habituales en el campo de la antropología. Este último paso hace posible que la copia virtual salga directamente "fotocopiada" sin necesidad de que la mano del imaginero intervenga, con lo que se consigue una réplica con un cien por cien de fidelidad. El problema principal radica en los altos precios que tienen estas máquinas, que en el mercado se sitúan en unos 120.000 euros. A ello se une que estas máquinas todavía no se han especializado y suelen emplearse en "trabajos rústicos".

En el caso de la copia de la Virgen del Buen Aire, Miñarro ideó el procedimiento de la "jaula de secciones". Se trata de un habitáculo dividido en paneles recortados por la silueta de cada perfil de la imagen conseguidos con la suma de los ejes verticales y horizontales. Una especie de negativo de la talla que sirven de molde para obtener el vaciado. Así, la suma de cada corte calcula el hueco necesario o "espacio fantasma" del modelado. En esta ocasión se usó la arcilla para recubrir el armazón de la estructura que primero se había ajustado a las plantillas. Cuando se cubrió con este material, los perfiles de la copia se fueron ajustando cada vez que fue necesario a través de esta "jaula de secciones". La copia definitiva se realizó con poliéster.

Sin lugar a dudas, este procedimiento evita tener que intervenir en la imagen original, con lo cual no se produciría ningún riesgo de desprendimiento de policromía ni de dañar otros elementos de la efigie. Además, para las hermandades -señala Miñarro- es más fácil porque "no se correrían riesgos con una copia que puede deformarse con el tiempo". Y sobre todo, la comodidad, ya que en un reducido soporte informático -como un CD- se puede registrar toda la información necesaria para la reproducción de un titular si en un futuro fuera necesario.

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