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Cofradias

Las hermandades, en el punto de mira de los cacos

  • En los últimos años muchas cofradías han sufrido robos, como la del Buen Fin en el año 2005

Los robos y saqueos a hermandades e iglesias se producen con relativa asiduidad. Bien sean joyas, enseres o dinero en metálico, diversas corporaciones sevillanas han sufrido en sus carnes la actuación de los amigos de los ajeno que, en muchas ocasiones, ponen sus miras en las casas de hermandad, templos o almacenes de enseres que, en la mayoría de los casos, no cuentan con las necesarias medidas de seguridad para proteger las obras de arte, como alarmas o puertas de seguridad.

En el año 2009, las corporaciones de los Desamparados del Parque Alcosa y la Misión de Heliópolis sufrieron sendos robos en sus dependencias. En la primera de ellas, los cacos se llevaron la bebida del bar y un reproductor de DVD. En el caso de la cofradía del Claret, los ladrones, que se descolgaron por una ventana, saquearon la caja fuerte y se llevaron las joyas de la Virgen y una importante cantidad de dinero.

Uno de los casos más llamativos de los últimos años fue el acontecido en 2005 en la Hermandad del Buen Fin. Los asaltantes sorprendieron en la casa de hermandad a un miembro de la junta de gobierno al que amenazaron e hirieron con un arma blanca. Consiguieron llevarse diversas joyas, entre ellas la medalla de la ciudad concedida a la Dolorosa, y dinero en efectivo. La Policía detuvo posteriormente a varios rumanos como autores del robo.

En febrero de 1989, unos asaltantes accedieron de madrugada a la parroquia de Omnium Sanctorum. Saquearon los cepillos y se llevaron algunas joyas de la Virgen del Carmen. No contentos con ello, se ensañaron con el Cristo de las Almas de la Hermandad de los Javieres que se encontraba en el presbiterio. Debido a los daños, el Crucificado no puso procesionar aquel Martes Santo.

La Hermandad de la Redención también sufrió en 1998 el robo de diferentes enseres. El año pasado, una persona se llevó dos cálices -de escaso valor- de la parroquia de San Bernardo. La Policía identificó al individuo y devolvió las piezas.

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