medicina

"Los médicos nos harán un gran servicio si se conmueven"

  • El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha ingresado este domingo en la Real Academia de Medicina con un discurso dedicado a Jesús de Nazaret y los enfermos

El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo Pelegrina, ha ingresado este domingo en la Real Academia de Medicina como académico de erudición, como también lo hizo su predecesor, Carlos Amigo Vallejo, en un tradicional y solemne acto celebrado en el salón Ramón y Cajal de la institución académica. Asenjo defendió los valores cristianos, especialmente la misericordia y la ternura, como pilares para el ejercicio de la Medicina, durante su discurso titulado Jesús de Nazaret y los Enfermos.

“Nuestro mundo necesita no sólo excelentes profesionales que conozcan los últimos avances médicos, sino también personas con entrañas de misericordia que hagan suyo el dolor y el quebranto ajeno”, afirmó Asenjo durante su discurso ante personalidades del ámbito de la medicina, la cultura, militares y eclesiásticas. “Los médicos nos harán un gran servicio si se conmueven ante el sufrimiento de sus enfermos”, apostilló.

El arzobispo se refirió a la petición reiterada del papa Francisco para que “los católicos nos acerquemos a los pobres con dulzura, ternura y misericordia”. A través de obras de arte, escritos y escenas presentes en los evangelios, Asenjo reivindicó “la pertinencia de un discurso sobre Jesús de Nazaret, maestro de la humanidad para muchos no creyentes”.

La humanización de los hospitales, altamente tecnificados, continúa siendo hoy asunto de actualidad en el ámbito sanitario. Medidas encaminadas a una asistencia más humanizada son una realidad desde hace años en determinados servicios hospitalarios muy sensibles, como Neonatología, Oncología Pediátrica o Cuidados Intensivos, en los que se ha demostrado científicamente que la calidad humana y la ternura favorecen, en gran medida, los resultados en salud de los pacientes.

Acudieron autoridades eclesiásticas, militares; y personalidades de la cultura y la medicina

“Para Jesús la enfermedad no es un mero proceso biológico, sino que es una realidad simbólica que afecta al conjunto de la persona y que produce no sólo dolencias corporales, sino también sufrimientos espirituales, soledad, incomunicación, culpa y rechazo”. Asenjo destacó: “Jesús no luchó sólo contra las enfermedades, sino a favor de los enfermos, enseñanza fundamental de la que todo profesional de la salud debería tomar nota”.

Tras recordar la escena de Jesús y el leproso; y obras inmortales como la pintura de Santa Isabel de Hungría curando a niños tiñosos, de Murillo, Asenjo concluyó: “Médicos, sanitarios, voluntarios y familiares deben reconocer que el cariño sincero, la mirada entrañable y el contacto físico, salvo en caso de prohibición facultativa, son modelos excelentes de integrar, incluir, sanar y salvar al enfermo”.

El buen samaritano es otra de las escenas que ayer fue recordada en el salón rojo de la Academia de Medicina. La parábola del herido abandonado al borde del camino, como paradigma de la soledad y el abandono, de familiares y amigos. Esta parábola nos enseña a “priorizar el servicio a los más pobres de nuestros enfermos, a aquellos de los que nadie se preocupa o acompaña, viviendo la consigna de San Ignacio de Loyola”, aseveró el recién nombrado académico de erudición.

El presidente de la Real Academia de Sevilla, Jesús Castiñeiras, dedicó gran parte de su discurso de contestación a recordar hitos en la historia de la asistencia sanitaria protagonizados por la Iglesia. El doctor y profesor Castiñeiras mencionó, entre otros nombres, a grandes renovadores de las obras asistenciales: San Juan de Dios, quien fundó en Granada su primer hospital, un centro revolucionario para su época; y San Camilo de Lellis, quien fundó la orden precursora de la Cruz Roja. Ambos “acentuaron el carácter hospitalario, de acogida y consideración del enfermo como un ser humano integral, compuesto de cuerpo y alma”, explicó el presidente momentos antes de entregar la medalla y el diploma acreditativo a Juan José Asenjo.

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