Sevilla

La Alameda de nunca acabar

  • La reurbanización del bulevar acumulará un año de retraso en junio · Los remates y la falta de operarios eternizan una obra que arrancó en 2005 · Sigue sin solución el colapso de tráfico en las calles adyacentes

La reurbanización de la Alameda de Hércules se ha convertido en la obra de nunca acabar, como otras tantas que se desarrollan en la ciudad. Son pocos los operarios de la constructora Sando que quedan desde hace meses encargados de remates y más remates que eternizan la inauguración de un bulevar, cuyas obras de reforma comenzaron en noviembre de 2005 con un plazo teórico de 20 meses. Esa fecha se cumplió el verano pasado sin pena ni gloria. Pero el Ayuntamiento ha llegado a anunciar hasta cinco plazos diferentes: mayo y septiembre de 2007, enero y marzo de 2008, y ahora junio.

plazos y obras

Superados los trabajos de mayor envergadura, resta completar sobre todo detalles de las pérgolas de sombra (pintar remates), de los futuros quioscos de flores, chucherías y prensa (solería y mobiliario); corregir zanjas que se han abierto a última hora y librar las fuentes del suelo de las vallas que las rodean, como pudo comprobar ayer este periódico.

Se observan defectos: decenas de árboles nuevos que parecen no prosperar en las aceras laterales de los veladores (no así los álamos de la zona central), losetas y marmolillos rotos, mejorar el límite de la Alameda con la calle Calatrava y las uniones con edificios, como sucede en las calles Leonor Dávalos y Arias Montano.

También faltan los bancos que demandan los vecinos para tomar asiento gratis en la plaza, ya que hasta ahora sólo pueden sentarse los clientes de los veladores. En señal de protesta, el único banco lo colocaron este fin de semana un grupo de vecinos entre las columnas más próximas a Trajano.

Contando los tres meses más que se alargará su apertura (según anunció el sábado el delegado del Distrito, Francisco Manuel Silva), la Alameda habrá acumulado un retraso global de un año cuando llegue este verano. "Es normal el retraso tal y como funcionan las cosas en este país", ironizaba ayer un sevillano que trabaja en el barrio y prefiere ocultar su nombre. En su opinión, "es seguro que la obra se podía haber acabado antes con más personal".

Varios empleados de los bares de la zona consultados se quejan de que la obra de la Alameda avance a un ritmo demasiado lento en los últimos meses.

veladores

El retraso afecta, sobre todo, a todos los bares y restaurantes del bulevar con veladores, puesto que mientras no acabe la obra el Ayuntamiento de Sevilla no les concederá licencia definitiva de ocupación de vía pública para ampliar la cifra de mesas y sillas. En la práctica, esta ampliación de veladores se ha permitido ya de forma provisional porque el Consistorio quiere compensar a los empresarios por el retraso y atender la demanda de público que tiene la zona antes incluso de su inauguración.

Ambas partes negociarán después de Semana Santa los detalles de este tema. En un principio, Urbanismo pretendía acceder al deseo de los empresarios de llenar de veladores todo el bulevar, pero, ante las quejas de los vecinos y de Izquierda Unida, Urbanismo acordó con los dueños de los establecimientos que los veladores (a excepción de los dos quioscos centrales) sólo estarían pegados y orientados a las fachadas de los edificios, con lo que la zona central se mantenía libre para los peatones.

Tráfico

La ordenación del tráfico es otra de las cuestiones que el Ayuntamiento no acaba de resolver. Le quedan tres meses para hacerlo, a juzgar por los cálculos del edil Silva. El aparcamiento irregular de coches en la confluencia de la calle Vulcano, junto al bar Hefesto, es una constante pese a la teórica peatonalización de la plaza. Los conductores se aprovechan del carril de paso de residentes para entrar y estacionar sus coches en la calle.

Por otro lado, la estrecha calle Jesús del Gran Poder (la primera paralela al bulevar) sigue convertida en una Baños II al acoger el desvío de todo el tráfico privado que no puede acceder ahora a la Alameda. Los vecinos llevan desde 2006 reclamando que esta vía vuelva a tener el sentido de circulación original que debió recuperar hace año y medio para evitar, denuncian, el exceso de ruido que genera el tráfico y la inseguridad de los peatones por sus aceras diminutas con el constante paso de coches.

La colocación de los marmolillos que delimitan el carril principal de paso ha planteado problemas por su excesiva rigidez ante situaciones de emergencia o atasco. El Ayuntamiento había previsto colocar piezas móviles en algunos tramos.

movida

La Alameda sigue siendo un lugar donde el Ayuntamiento autoriza la concentración de personas bebiendo en la calle en los alrededores de la Casa de las Sirenas y en la puerta del bar del mismo nombre. Los residuos delatan estas prácticas. Esta permisividad municipal no se da en otros barrios, donde los agentes municipales sí aplican la ley antibotellón. Llama la atención que estas botellonas se celebran hasta altas horas de la madrugada y a pocos metros de bares a los que la autoridad municipal sí les prohíbe que sus clientes saquen los vasos a la calle.

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