Calle Rioja

No es el Anticristo de Burgos

  • Literatura. Pablo del Barco, que es poeta, editor, profesor, traductor y galerista de San Juan de la Palma, abrió el ciclo de octubre en la Biblioteca Infanta Elena.

SEVILLA 92. Seis autores y Pablo del Barco es el menos mediático de los seis. También el más polifacético. El autor de La piel de la razón, versos que abrieron el programa Letras Capitales de octubre del Centro Andaluz del Libro en la Biblioteca Pública Infanta Elena, es poeta, sí, pero además es profesor, traductor, galerista, editor, pintor. Y de Burgos. Este arquero del Cid Campeador, en cuyo rodaje en la capital castellana por parte de Charlton Heston y Sofia Loren participó como bisoño figurante, es la punta de lanza de un quinteto de autores que con un perfil muy distinto arrasan en los suplementos literarios de los diarios, en el circuito de los premios o en la caprichosa y siempre decisiva preferencia de los lectores.

El alma izquierda de la creación y el alma derecha de las ventas y las preferencias, por jugar con los dos sumandos del libro de Pablo del Barco, juegan un pulso a veces ajeno a sus creadores en la trayectoria de los que irán completando el programa a lo largo del mes de octubre: Andrés Neuman, Luis García Montero, Manuel Rivas, Luis Landero y María Dueñas. Dos granadinos, uno de ellos argentino de ascendencia y autobiografía, un extremeño que sublimó la morcilla patatera en Los juegos de la edad tardía, un gallego que ha tenido fortuna en la adaptación de alguna de sus obras al cine, y la reina de las listas, mi paisana María Dueñas, que se ha tirado sin paracaídas con Misión Olvido después de romper todos los registros del marketing literario con El tiempo entre costuras.

Los que vienen a continuación de Pablo del Barco traen obras que les edita Alfaguara, Tusquets o Temas de Hoy. El poeta burgalés con galería y revista de poesía en San Juan de la Palma ha publicado La piel de la razón en la colección de poesía El Bardo, una firma que nació en 1964, hace casi medio siglo, y dirige en su cuarta etapa Amelia Romero. No debe ser fácil editarle a quien tiene el hábito de editar, porque Pablo del Barco vive en la zona de Sevilla con más editores por metro cuadrado: José Manuel Padilla, Rogelio Delgado y muy cerca de donde hace un siglo largo se reunió el grupo ultraísta de poetas que sacó la revista Grecia.

"Mi alma es este éxtasis que canta / golpeado por armas infinitas". Abre el libro con esta cita de Juan-Eduardo Cirlot, autor de culto y de cinéfilos exquisitos. Pablo del Barco ha sido profesor en el San Francisco de Paula, comisario de la exposición de los Machado, periodista de sucesos, empleado de Jesús Gil, investigador del modernismo brasileño. Oficios varios que le permiten esa mixtura de universos en su lírica tan personal, la mística del aerobic o las "almas prêt-à-porter". "Cuando busco el mundo no lo encuentro", la globalización se parapeta, "y a la siguiente mañana me aplasta sin buscarlo". "Busca el hombre la tristeza en su almuerzo de noticias". "¿Busca el mal para sentirse hombre?", se pregunta. Y se rebela: "…la poca alma que resta visita -desesperada- / el kiosko oculto donde sólo se venden las noticias del bien".

La referencia a la telenovela es un guiño a sus años de Brasil, país donde conoció la noticia de la muerte de Franco. Evoca "infinitas procesiones del dolor y de la espera" que uno imagina de un cofrade del Cristo de Burgos, vecino del poeta, muy cerca del Colegio de Arquitectos que le presta un verso inédito: "El alma derecha destroza / mis castillos de aire / desarquitecta la limpia fantasía / de mi niño fiel". Vecino también del palacio de Dueñas donde nació el poeta y vive la duquesa, y del taller de baile que tuvo Enrique El Cojo: "todo se pasa y en el bailar…"

Buen introito en el parque para aguardar a los poetas que ganaron el Adonais o el Nacional de Literatura, a los prosistas mimados por las antologías y a la reina de los lectores que cierra este brillante orfeón de octubre abierto por un bardo de postín.

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