La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) ha expresado este viernes su condena "enérgica" por la violación registrada el pasado día 18 de enero sobre una mujer en una sala de espera para familiares en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla, y ha aprovechado para reclamar al Ayuntamiento de la ciudad "espacios seguros" para las personas sin hogar. Según subraya la Adpha en una nota de prensa, quien sufrió la referida violación el pasado 18 de enero -cuyo presunto autor fue enviado a prisión de forma provisional- fue "una mujer sin hogar que pasaba la noche, resguardándose del frío, en una sala de espera del Hospital Macarena".

Además de condenar "enérgicamente este hecho, así como todo tipo de agresión sexual que sufren las mujeres en distintas circunstancias y de forma tan recurrente" en Sevilla, desde la Apdha han alertado de que "ser una persona sin hogar supone tener un grado de vulnerabilidad inaceptable en el siglo XXI". "Ser persona sin hogar y ser mujer significa aumentar, en todos los aspectos, el nivel de vulnerabilidad", afirma la Apdha, asociación para la que, "el hecho de que haya personas que tengan que dormir en espacios no habilitados para ese fin, pone en evidencia la falta de recursos para este castigado colectivo que no dispone de espacios adecuados y seguros en los que pasar la noche y deben cobijarse en distintos lugares que no están destinados a la pernoctación", como "la sala de espera de un hospital, soportales o cajeros".

Desde la Apdha sostienen que "si una sala de espera de un hospital no es un lugar seguro, la calle es un lugar de indefensión total", y critican la "irresponsabilidad", a su juicio, del Ayuntamiento de la capital hispalense, que "entiende que oferta plazas suficientes para las personas sin hogar de Sevilla".

La Apdha ha subrayado "la responsabilidad de las administraciones públicas" para "velar y garantizar condiciones de vida digna para las personas sin hogar implementando soluciones inmediatas y efectivas que garanticen que ninguna persona tenga que dormir en la calle", y concluye afirmando que, "para que la calle no sea un hogar, en Sevilla queda mucho por hacer".