La Comisión Provincial de Patrimonio, dependiente de la delegación territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, presidida por José Manuel Girela, informó este miércoles favorablemente sobre las obras de mantenimiento del basamento del sepulcro del rey San Fernando y su decoración, que se encuentra en la Capilla Real de la Catedral. Los trabajos se deben a la existencia de humedades y de sales solubles en las jambas y basamento del sepulcro detectadas en la anterior campaña de restauración de la Capilla Real.

Igualmente la Comisión de Patrimonio aprobó la retirada de los recubrimientos de las paredes de la cripta del Panteón Real del Templo Metropolitano, que también sufre como problema principal la humedad, tanto por capilaridad como por condensación, derivando de esta circunstancia la mayoría de alteraciones encontradas sobre los materiales, según informó Cultura. La cripta está también aquejada por la acumulación de polvo y suciedad.

En el caso del Panteón Real de la Catedral, en el que están los restos de Pedro I, entre otros, los mosaicos que componen los motivos decorativos de los paramentos desde media altura de la estancia, y en el interior de la hornacina frontal, presentan, en líneas generales, un evidente mal estado de conservación, observándose algunas patologías como la pérdida de adherencia y abombamiento de la decoración, lagunas en los tapices teselares y eflorescencias salinas entre las teselas en diferentes zonas de todos los paramentos, en la hornacina central y en el techo. La intervención aprobada contempla la extracción de todos los recubrimientos de mosaico para permitir la salida de la humedad existente en los muros de este recinto para la realización de los estudios previos que permitan elaborar una solución adecuada que solvente los problemas de humedad detectados en la cripta.

Además, Patrimonio dio el visto bueno al proyecto de conservación del retablo mayor de la Parroquia de San Andrés. La intervención surge de una propuesta de mantenimiento para estabilizar los materiales y eliminar los problemas de conservación. La actuación no afectará al culto, pues el retablo permanecerá en su ubicación habitual sin necesidad de que sea desmontado, excepto la imaginería, que será tratada en las dependencias parroquiales. La intervención se centrará enlos materiales constitutivos, su estructura, la arquitectura portante y sus elementos decorativos. Se tendrá especial celo con su policromía y dorado, elementos fundamentales en la correcta lectura de la obra.