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Sevilla

El Arzobispado respeta la polémica destitución del capataz de Montesión

  • El vicario general no considera necesario intervenir en el asunto al haberse destituido a José García Monge de acuerdo con una "normativa interna"

La autoridad eclesiástica considera la destitución sorpresiva y fulminante del capataz de Montesión como un asunto interno. Ciertamente todos los años se producen relevos en los martillos de las cofradías al tratarse de cargos de confianza en los que cada junta de gobierno puede de forma legítima acordar los relevos que considere oportunos. Ocurre que la destitución en el caso de la hermandad de la calle Feria se ha producido al permitir el capataz la participación de dos mujeres en el ensayo de la cuadrilla de costaleros de la noche del sábado. Pero ni siquiera este matiz, que alude a la cuestión de la igualdad -una de las banderas que han marcado el vigente pontificado de monseñor Amigo- ha merecido una valoración más contudente de la autoridad eclesiástica.

Francisco Ortiz, vicario general y número dos de la diócesis, reduce la importancia de este asunto y limita de entrada las posibilidades de que el Arzobispado intervenga de oficio: "La junta de gobierno de Montesión ha considerado oportuno tomar esa medida y ha actuado de acuerdo con la norma que ellos tienen. Nosotros no tenemos que entrar. Cualquier aspecto tiene que ser resuelto en el seno de la hermandad. Y sólo en el caso de que la hermandad hiciera llegar información o algún expediente sobre este asunto, nos pronunciaríamos desde el Arzobispado". Preguntado Ortiz sobre la defensa de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en el seno de las hermandades que ilumina la vigente normativa diocesana, el vicario general sí se explayó algo más en su valoración: "Por supuesto, naturalmente que para nosotros son iguales en derechos y obligaciones un hombre y una mujer".

El capataz destituido, José García Monge, repasó ayer los hechos una y otra vez: "Mi objetivo era saber si las dos chicas tenían capacidad física para llevar los pasos. Era mi única duda. El sábado por la noche las aparté del grupo para dirigirme a la cuadrilla y anunciarles que mi intención era que participaran en el ensayo. Salvo un costalero, que se negó a meterse debajo si ellas entraban, todos los demás aprobaron la iniciativa y hubo hasta aplausos". García Monge no entiende el enfado y la reacción de la junta de gobierno, que se reunió con urgencia al día siguiente y le destituyó tras más de veinte años en el puesto de capataz: "El secretario de la junta de gobierno, que hace las veces de listero, asistió en todo momento al ensayo y en ningún momento me alertó de ninguna norma que prohibiera a las chicas meterse debajo del paso". Con la noche del sábado ya entrada, García Monge admite que el hermano mayor le expuso su enfado al secretario mediante conversación telefónica. Reconoce que ninguna de las dos costaleras son hermanas de la cofradía, pero tampoco lo son muchos de los miembros de la cuadrilla: "Las dos hicieron muy bien la labor, fueron más derechas que una vela y hasta recibieron elogios de los compañeros. El ensayo duró unas cinco horas, de las que ellas pudieron estar dos horas y media debajo del paso sin problemas".

García Monge, que también es capataz de la cuadrilla de laVirgen de Regla de la Hermandad de los Panaderos, califica de "injusta" su destitución tras más de dos décadas en el puesto.

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