Sevilla

Buenos Aires en los pies y en el alma

  • Bailarín de tangoNacido en Buenos Aires, este sevillano de adopción se siente privilegiado por vivir de aquello que le apasiona. Además de bailar con Eleonora Rosamirer, tiene una compañía llamada Tango Negro. Su próximo destino es el II Festival Tango Costa del Sol, en Marbella

El poeta Enrique Santos Discépolo definió el tango como "un pensamiento triste que se baila". Gastón Godoy, bailarín de tango, coreógrafo y profesor, cree que, aunque el tango tiene un punto oscuro y depresivo, se define más bien como "un sentimiento que se baila". Este baile inspirado por inmigrantes y esclavos negros fue prohibido durante mucho tiempo por lujurioso, pues una de las cosas más importantes del tango es "el abrazo", es decir, la forma en la que hombre y mujer se agarran. "El abrazo te permite saber cosas de la otra persona; su olor, su tacto e incluso sentir el palpitar de su corazón", explica. Bailar tan próximos tiene el inconveniente de tener que aprender muy bien a controlar y adaptarse al espacio. "Se dice que los buenos bailarines son los que van rodeando la pista, aunque suponga una mayor dificultad; de quien baila en el centro se dice que no sabe bailar". Comenzó a bailar en Buenos Aires en una compañía de danza folclórica, pero fue el tango el baile que lo cautivó. "Por aquel entonces era joven y como a muchos artistas me gustaba mostrar al público lo que era capaz de hacer y el tango me lo permitía", concluye. Además de su faceta de bailarín, en Sevilla imparte clases los miércoles en la sala Garufa. "A veces hay gente que se cansa en la clase porque no entiende que lo primero que hay que aprender es a andar". Gastón Godoy se muestra satisfecho porque el tango ya no se considera un baile de personas mayores. En sus clases tiene alumnos de todas las edades que comparten su misma pasión.

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