Sevilla

El Cecop vuelve a apostar por las vallas y refuerza el número de policías

  • En las zonas más conflictivas, la Cuesta del Rosario, la del Bacalao y el Postigo, se pintarán marcas viales en el suelo

  • La Campana se cerrará al tráfico por las mañanas

Si algo funciona bien, ¿para qué cambiarlo? De esta premisa debe partir el dispositivo de seguridad de la próxima Semana Santa, que apenas toca los aspectos introducidos el año pasado y sólo presenta unos cambios mínimos en relación con el plan de 2016. El Ayuntamiento volverá a apostar por las vallas y las zonas aforadas, que en un principio desataron críticas pero que al final se revelaron como un avance importante para la seguridad ciudadana. A diferencia de la Semana Santa de 2015, la de 2016 fue una de las más tranquilas de los últimos años, gracias a una fuerte presencia policial que, al menos durante la Madrugada, disuadió a quienes venían al centro con otras intenciones que no fueran las de ver cofradías.

El número de policías será todavía mayor este año. Entre agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local, más el refuerzo de la Guardia Civil en los accesos a la ciudad y el de la unidad de la Policía Nacional adscrita a la Junta, el dispositivo contará con más de 3.200 miembros de las Fuerzas de Seguridad. Serán unos 200 más que el año pasado. La estrategia coordinada entre el Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno es básicamente la misma que la del año pasado. Se mantendrá una estructura similar a la de 2016, reforzando los pasillos de seguridad y las vías de evacuación. Para ello se ha vuelto a repetir el modelo de 17 zonas prioritarias en la carrera oficial y su entorno, en las que se reforzará la seguridad durante toda la semana.

Una de las principales novedades de este año consiste en que se pintarán marcas viales en el suelo para mejorar la organización. Se harán principalmente en los puntos más conflictivos, que son la Cuesta del Rosario, la del Bacalao y el Postigo. De esta forma, el público sabrá dónde no puede colocarse, a diferencia de los primeros días de la Semana Santa de 2016, en los que la Policía valló los puntos más conflictivos colocando al público demasiado lejos de la zona por la que pasaban los cortejos. Las distancias se fueron ajustando conforme pasaban los días y las propias hermandades quedaron muy contentas con el resultado final.

El plan viene precedido por un importante trabajo previo desarrollado por el Centro de Coordinación Operativa en las últimas semanas. Si el año pasado la estrategia prioritaria del Cecop se centró en los cruces, en esta ocasión los técnicos municipales se han dedicado a limpiar las vías de obstáculos. El Ayuntamiento se ha centrado en despejar de las calles más transitadas los puestos de venta ambulante. En el mandato anterior estos quioscos pasaron de 30 a 96. Esta Semana Santa seguirán todos ellos, pero no habrá ninguno en las vías que se consideran prioritarias, es decir, las que conforman los ejes Puente de Triana-Reyes Católicos-San Pablo-Magdalena-Rioja-Velázquez-Campana y Jáuregui-Ponce de León-San Pedro-Imagen-Encarnación-Laraña. Los puestos estarán en calles secundarias para que puedan permitir el acceso de vehículos de emergencias.

En total se han detectado 2.500 obstáculos. Buena parte de ellos son veladores. En la Encarnación, zona de riesgo especialmente en la Madrugada, sólo se permitirá una fila de veladores pegada a la pared. De esta forma se pretende impedir la concentración de personas consumiendo alcohol mientras esperan la llegada de la hermandad de Los Gitanos. También se retirarán de calles como Entrecárceles y se desplazará el dispositivo sanitario de la Cuesta del Rosario a la calle Luchana, para ganar fluidez en este tramo.

Se trata, básicamente, de aliviar la presión en las zonas de mayor confluencia de público. En esa línea va otra de las novedades destacables de este año, que es el cierre total al tráfico de la Campana y sus accesos durante toda la semana. Hasta la Semana Santa del año pasado, los vehículos podían transitar durante las mañanas por la Campana, mientras que ahora no podrán hacerlo en toda la semana.

Al igual que el año pasado, este despliegue arrancará dos horas antes de la salida de las primeras hermandades de vísperas del Viernes de Dolores. El dispositivo se alargará en la parte final de la semana, dado el cambio de horario de la hermandad de la Resurrección. Otra novedad es la ampliación de sillas habilitadas en la carrera oficial para personas discapacitadas o con movilidad reducida. Estas plazas se triplicarán en relación con las que había disponibles en la Semana Santa de 2016.

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