Su llegada a Sevilla hace 15 años significó una "revolución positiva" tras sus estudios cursados en Alemania. La ciudad le impactó y aquí descubrió una nueva pasión, dedicándose intensamente a la pintura. Sin embargo, en 2000 entró a trabajar como profesor de literatura renacentista en el departamento de Filología Italiana de la Universidad de Sevilla, donde continúa y alterna con su actividad pictórica, la cual le supone "una ocasión de investigar y de reflexionar", además de una "fuente de placer". Una revista alemana publicó hace ocho años un artículo sobre su pintura y poco después expuso por vez primera en Múnich. A continuación se integró en un grupo de pintores internacionales, Armida, lo que le ha permitido exponer en Italia, Austria y Alemania, además de visitar ferias internacionales en Gante, Innsbruck y Madrid, donde, además, presentó de forma exitosa una muestra en una galería. Ahora, el Centro Culturale Italiano contiene hasta finales de abril su exposición Buildings, donde los edificios suponen el hilo conductor como figuras simbólicas. "Mi reto es lograr causar una emoción con un solo trazo, quitar todo lo que sobre y lo que quede sea sublime", apunta Attilio, quien sin embargo no se considera ambicioso aunque sí destaca que su trayectoria marcha en progresión ascendente. Entre sus próximos proyectos destaca un libro con ilustraciones sobre Pinocho y otra exposición en esta ciudad donde se valora tan poco este tipo de arte.