El gusto por las pintadas callejeras en monumentos y esculturas de la ciudad parece que está disminuyendo, a juzgar por los datos que maneja el Ayuntamiento de Sevilla, quien explica que este descenso se debe a la mayor concienciación ciudadana. "Si bien cada año se detecta una menor presencia de pintadas en los grupos escultóricos y monumentales de Sevilla, gracias a una mayor concienciación ciudadana, sí se aprecia un cambio en el uso de los materiales empleados para realizar estos actos vandálicos con respecto a etapas anteriores", aclara la empresa Metis, Conservación y Restauración, encargada de este servicio por encargo de la Gerencia de Urbanismo.

El Ayuntamiento aclara que la cuestión no es que se actúe en menos monumentos y esculturas de la ciudad, ya que la media oscila entre los 22 a 24 anuales, sino en que se aprecia una menor cantidad de pintadas que se quitan con más rapidez.

En cuanto al presupuesto municipal, cada vez es necesario destinar menos dinero al ser más reducidos los daños. En 2009 y 2010 se destinaron 28.000 y 29.000 euros respectivamente. De ahí se bajó a 21.122 euros en 2012, y 15.000 euros desde 2012 hasta 2016, con leves variaciones.

La mayoría de estas pintadas se hacen ahora con rotuladores de tinta indeleble y acrílicos, frente los grafitis realizados con spray, que proliferaban hasta hace unos años. La gravedad de las pintadas realizadas con rotulador radica en el carácter de la tinta, que posee un elevado poder de penetración en superficies pulidas. Para eliminarlas, la Gerencia de Urbanismo utiliza técnicas pioneras, muy vanguardistas, basadas en productos ecológicos, biodegradables y no inflamables, que no agreden en absoluto a los materiales, respetando color y texturas en su integridad, pero que permiten erradicar totalmente las pintadas. El tratamiento de limpieza y protección que se realiza facilita, asimismo, la ejecución de limpiezas posteriores, al imprimir una capa de protección al material.

La Gerencia de Urbanismo realiza anualmente, desde 2009, campañas de limpieza de grafitis en las esculturas y los grupos monumentales distribuidos por la ciudad en los que se detectan estas agresiones, para las que se destinan en la actualidad unos 15.000 euros anuales a los trabajos.

En 2016, la campaña de limpieza y protección antigrafiti en los monumentos públicos de Sevilla se ha cerrado con un total de 24 bienes en los que los técnicos han detectado pintadas y han tenido que realizar 30 actuaciones específicas, ya que en algunos monumentos se ha actuado varias veces. La obra más dañada a causa de las pintadas es el monumento al Vendedor de Prensa, situado en la confluencia de Lumbreras y Torneo. Le siguen los monumentos a Fray Bartolomé de las Casas, al General San Martín y a la Duquesa de Alba.

En 2016 se ha actuado en dos ocasiones en los monumentos al Vendedor de Prensa, en el de Antonio Machado, General San Martín y San Fernando y los pedestales de las Columnas Norte de la Alameda.

Dentro de estas 30 actuaciones, se han ejecutado dos con carácter general sobre una misma unidad patrimonial, que incluye diversos bienes o que se dividen en varias partes. Éstas son el edificio de la Buhaira y los bienes de los Jardines de Cristina.

Cada actuación ha sido ejecutada y supervisada por técnicos profesionales en materia de conservación y restauración de bienes culturales, siguiendo el protocolo de avisos, ensayos previos e informe final acordado.

Las actuaciones acometidas se han efectuado en función de los daños detectados en las revisiones periódicas y gracias a los avisos recibidos por parte de la ciudadanía a través de los diferentes canales de comunicación que dispone el Ayuntamiento de Sevilla.

A finales de diciembre (días 21 y 22) se hallaron pintadas sobre seis de los monolitos conmemorativos de los Jardines del Cristina, algunos de los cuales sirven para nominar los distintos paseos y glorietas que lo circundan, y también sobre el monumento erigido en honor a Castelar en la esquina con la Puerta de Jerez. La Gerencia de Urbanismo ha limpiado ya estos elementos, hasta conseguir la total eliminación de los grafitis.

Las pintadas se hicieron con rotulador permanente en diverso grosor, con pintura sintética y aerosoles. Para las tareas de limpieza, que han sido realizadas por una empresa especializada en la conservación y restauración de monumentos y que tiene encomendada estas funciones por ese organismo adscrito a la Delegación de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, se ha empleado un tratamiento adecuado y se ha aplicado también un protector antigrafiti.

Aparte del rotulador permanente, cuya tinta permite ser usado sobre todas las superficies y posee el agravante de ser duradero y resistente, requiriendo una limpieza mediante reiteradas manos, otros daños que se efectúan a los monumentos son los siguientes. La Pintura aerosol mediante spray es uno de los daños más graves, pues supone el vertido de la pintura líquida sobre la superficie, además de forma pulverizada, favoreciendo la penetración en materiales porosos como la piedra arenisca, calcarenita o mármoles degradados. Poseen el agravante de presentar un alto nivel de adherencia y un poder elevado de cubrimiento lo que dificulta su retirada, cuya eficacia depende de los medios mecánicos (cepillos y bisturíes) que se usen.

Pegatinas. Se trata de un daño muy superficial, pero con el perjuicio de ocasionar manchas derivadas de los restos de adhesivos que dejan. Por ello su retirada requiere, además de la aplicación del producto, su levantamiento mediante espátulas. Siempre con el cuidado de no arañar las superficies.

La lista de 24 monumentos y esculturas en los que se han detectado pintadas este año incluye la Fuente de la Generación del 27, el Monumento al General San Martín, el Monumento a la Tolerancia, la Verja de la Glorieta de San Diego, el Monumento a Antonio Machín, la Cruz de la Plaza de Molviedro, la Cruz de la Plaza de Santa Marta, el Monumento a la Inmaculada, el Monumento a San Fernando. Así como la Pila del Pato, el Monumento al Vendedor de Prensa, el Monumento a Juan Manuel Rodríguez Ojeda, la fuente ornamental de la Plaza de Santa Isabel, los pedestales de las columnas norte de la Alameda de Hércules, el Monumento a Curro Romero, las fachadas de la Buhaira, el Monumento a Antonio Machado, el Monumento a Fray Bartolomé de las Casas y cinco bienes de los Jardines de Cristina.