Los personajes iban en busca de autor, Pirandello redivivo. No seis como en la obra teatral, sino legión. El autor, Carlos Navarro Antolín, podría entrar haciendo el imaginario paseíllo con dos de ellos, Curro Romero, que de niño cogía el tranvía de Camas para ver la Madrugá, y Eduardo Dávila Miura, nieto del ganadero y hermano mayor Eduardo Miura.

Ni papeletas ni sitio. El autor y su presentador, Antonio Burgos, pusieron el no hay billetes en el salón del hotel Alfonso XIII, que es el teatro de la Maestranza de la nocturnidad sin alevosía. Los personajes salían de las páginas del libro para sumarse a la fiesta de la presentación de Dame cera, nazareno. José Rodríguez de la Borbolla, ex presidente de la Junta, abrazaba a Enrique Becerra. Dos de los protagonistas del libro editado por Jirones de Azul.

Cuando Amalia, la esposa del autor, estaba embarazada de Miguel, Rosa García Perea, la editora, estaba a punto de alumbrar este libro. "El contrato se firmó la mañana del pregón en el teatro de la Maestranza", contó la editora, que anunció el nombramiento de Burgos como "ángel de la guarda jironero". De Jirones de Azul, no Girones de Velasco. La editora habló de Navarro Antolín como "periodista de raza y valiente que no sólo escribe de Semana Santa".

La raza del periodista Navarro Antolín posa y reposa en Diario de Sevilla, periódico representado en el acto por José Joly Martínez de Salazar, presidente-editor del Grupo Joly, y en el libro por Manuel Clavero Arévalo, presidente del Consejo Editorial.

"Vengo a hablar de Semana Santa y nadie me llama sinvergüenza", empezó Antonio Burgos su presentación, guiño a aquel pregón del 9 de marzo. La obra fue definida por el presentador como "el horario y el itinerario del corazón de cada sevillano en Semana Santa". Dos generaciones de periodistas unidos por una mutua admiración. "Se ha creado entre nosotros una relación paterno-filial. Carlos es el hijo periodista que nunca tuve, porque Fernando Burgos se fue a las Helvéticas de las Arquitecturas de las Nuevas Tecnologías".

32 personajes que hacen patria. "Dijo Rilke que la verdadera patria del escritor es la infancia", argumentó Burgos para evocar la Semana Santa como "una rueda perfecta del paso del tiempo", rueda preciso por la cuadratura del círculo de los calientes de Ángela del Postigo. Una remembranza que redime al niño grande que cada uno lleva dentro. A una forma de enseñar y aprender que se acunaba en las casas y en los colegios. "La Semana Santa es la verdadera educación en la ciudadanía, ciudadanía en sevillanía".

Un libro de lo real maravilloso en el que el lector profano ve que no es lo mismo una bulla en la Bofetá -el escenario donde Luis Miguel Martín Rubio conoció a la madre de sus hijos- que una bofetá en la bulla. Y que figurará en la reedición que Paco Robles haga de textos de Semana Santa.

Dame cera, nazareno es un libro escrito por un periodista que, según Burgos, no pertenece "a la llamada prensa morada". Libro del "morado Baratillo, Carretería, Valle, Quinta Angustia, el color del antifaz del Sentencia". El autor relató algunos de los episodios de su libro, donde "da un paso atrás y desaparece" para que hablen sus personajes. Javier Criado, de Pilatos. Francisco Borrás, del aguador. Enriqueta Vila, del consulado peruano en San Juan de la Palma de Guillermo Lohman. Con un maestrante costalero (Guajardo-Fajardo) y una Semana Santa en la que los costaleros (Martín Cartaya dixit) no vestían "como si fueran a jugar al hockey". Tiempos de la garrafa de sifón (en Trifón) con valdepeñas o la primera visita de Juan Salas Tornero al Rinconcillo, donde el coronel sí tiene quien le beba.

Asistieron los padres del autor y sus amigos de la tertulia Homo Cofrade. Y Moeckel padre e hijo.