Emasesa está dispuesta a sacar a nueva licitación en 2013 el proyecto de construcción de una nueva depuradora en los terrenos situados junto a la carretera de la Algaba. Se trata de una iniciativa que emprendió el anterior alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, para atender las exigencias de la normativa europea sobre tratamiento de agua y cerrar definitivamente las instalaciones de San Jerónimo.

El anterior equipo directivo de Emasesa inició la operación, abrió el concurso y lo adjudicó a la UTE formada por Befesa, Detea y Dam-Sav. La firma se llevó a cabo el lunes 13 de junio, tan sólo dos días después de la toma de posesión del nuevo alcalde. Los nuevos responsables de Emasesa, ya elegidos por el PP, optaron por romper el acuerdo al considerar que el proyecto ganador no tenía garantizada la financiación y no cumplía con todas las exigencias requeridas al haberse tramitado por la vía exprés. La nueva dirección de Emasesa consideraba desde el principio que el proyecto inversor de mayor cuantía en toda la historia de la compañía (próximo a los 80 millones de euros) no debía ser tratado con urgencia al tratarse, además, de una operación compleja que interesa a la gestión del ciclo integrado de un bien escaso como es el agua, al urbanismo de la ciudad y a las demandas vecinales de un sector del norte de la capital.

Emasesa sí mantiene como idónea la ubicación que entonces se planteó: las actuales instalaciones de la compañía en la carretera de La Algaba, dentro del término municipal de la capital y a menos de siete kilómetros de dicho municipio. La operación supondrá el abandono por parte de Emasesa de los terrenos de más de 13 hectáreas en los que opera actualmente en San Jerónimo, donde comenzó a prestar servicio en el año 1984. Monteseirín en su día apostaba por ceder estos terrenos a la Junta para la construcción de viviendas de protección oficial.

Emasesa encargó en 2006 un estudio sobre la capacidad de sus plantas depuradoras para eliminar nutrientes, nitrógeno y fósforo de las aguas residuales. La compañía quiso valorar el funcionamiento de las estaciones y analizar las posibles modificaciones que requerían para adaptarse a la normativa vigente. El estudio fue realizado por la Fundación Agustín de Betancourt, dependiente de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid. En el caso concreto de la Estación Norte-San Jerónimo, los expertos concluyeron que el sistema de tratamiento actual no es apto para la eliminación de nutrientes en los rangos especificados por la normativa al no haber sido diseñada en su momento para tal fin. Ninguna de las dos plantas que constituyen esta estación están preparadas para cumplir con tal objetivo: "Existe una incapacidad manifiesta".

Las modificaciones que habría que realizar en dichas plantas son de tal envergadura que hacen "inviable" su ejecución, a juicio de los técnicos: "Es más rentable desde todos los puntos de vista la construcción de una nueva planta". Una conclusión es clara: "No hay espacio disponible en la actual ubicación para construir una nueva planta que pueda tratar un caudal medio de entre 90.000 y 100.000 metros cúbicos al día". Dicho índice es el que se considera adecuado para atender la actual y futura demanda de depuración, considerando el crecimiento de la zona Norte de Sevilla y de los municipios de Alcalá del Río y la Rinconada, cuyas aguas se vierten hasta esta estación. El informe precisa que de las dos estaciones, la fundada en 1984 se encuentra fuera de servicio, y la que se puso en marcha en 1992 está "al límite de su capacidad de tratamiento". Los técnicos refieren la "especial sensibilidad" del entorno de la actual planta depuradora, "muy próximos a la barriada de San Jerónimo".

Consideran que es "necesario" buscar un emplazamiento distinto para la nueva planta. El lugar más indicado, por sus características y coste, es el terreno ocupado actualmente por la antigua estación de filtraje, ubicada en la carretera hacia La Algaba. Parte de estos terrenos están en desuso y están considerados como estratégicos para construir la futura estación: "El espacio de superficie útil de este nuevo emplazamiento es de ocho hectáreas, que en principio es suficiente para la instalación de una nueva planta".

El mismo informe de 2006 refiere que los terrenos de San Jerónimo, "podrían ponerse en valor como medida compensatoria a la inversión necesaria" para construir la nueva planta independientemente de posibles ayudas autonómicas o estatales previstas en el Plan Nacional de Calidad de las Aguas para este tipo de proyectos.