Sevilla

La Fiscalía busca huellas en la carta con amenazas enviada al juez Tirado

  • La fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, ha abierto una investigación para tratar de averiguar la autoría del escrito anónimo remitido al magistrado sevillano

La fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, ha abierto unas diligencias de investigación para tratar de esclarecer la autoría de la carta anónima enviada al magistrado Rafael Tirado, al que se amenazaba de muerte si no presentaba su dimisión tras el escándalo del caso Mari Luz.

La fiscal jefe confirmó que ha enviado la carta original a la unidad de Policía Científica, con la finalidad de que busquen posibles huellas dactilares en la misiva y traten de averiguar al responsable de estas amenazas, que fueron puestas en conocimiento de la Fiscalía por el propio titular del juzgado de lo Penal número 1 de Sevilla.

La fiscal jefe, María José Segarra, se ha hecho cargo personalmente de estas diligencias, que se han abierto después de que el juez recibiera en su juzgado la carta el pasado 5 de febrero.

El anónimo reclamaba al juez que dimitiera y no solicitara una rebaja de los 1.500 euros de sanción que le impuso el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por una falta grave, por el retraso en la ejecución de una condena impuesta por abusos sexuales al pederasta Santiago del Valle, presunto asesino de la pequeña Mari Luz Cortés.

El anónimo amenazaba al juez diciéndole que "si no quiere afrontar la realidad, súbase a la Giralda y tírese de ella, y si no al Guadalquivir, no tiene usted derecho a vivir". La carta concluía con la siguiente advertencia: "No lo olvide, dimita o la Giralda, haber si lo publica la prensa que ya no existe" (sic). La falta de ortografía que aparece en esta frase no era la única que contenía la carta, ya que en otro apartado de la misma el autor se preguntaba qué estuvo haciendo el magistrado durante los dos años en que se demoró la ejecución de la sentencia, y a esta cuestión respondía diciendo que quizás estuvo de "guaquete", por guateque, "de comidas, de trabajo o tal vez de putas".

La carta fue abierta por un funcionario del juzgado de lo Penal número 1, que pensó que se trataba de alguna petición de un preso dirigida al juez, como es habitual, pero al abrirla comprobó que se trataba de un anónimo con insultos y amenazas, por lo que se la entregó a la secretaria, que a su vez levantó acta de lo ocurrido.

La Policía Científica examinará ahora minuciosamente la misiva para tratar de localizar algunas huellas que conduzcan al autor de las amenazas, aunque en estos casos la investigación científica encuentra muchas dificultades, sobre todo si, como ocurre en este caso, el documento ha sido ya manipulado por algunas personas del juzgado, lo que puede hacer que resulte imposible sacar una huella eficaz del escrito.

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