Tribunales

La Fiscalía reclama 30 años de cárcel a una mujer por torturar y asesinar a su camello en Los Pajaritos

  • Un jurado popular enjuiciará en junio a la procesada, sobre la que pesan cargos por asesinato e incendio

Los bomberos en el local del antiguo bar Los Gallos, donde se produjo el asesinato y el incendio

Los bomberos en el local del antiguo bar Los Gallos, donde se produjo el asesinato y el incendio / Emergencias Sevilla

Un jurado popular enjuiciará a partir del día 15 de junio en la Audiencia de Sevilla a una mujer, María Elena G. L., que está acusada de torturar y asesinar en septiembre de 2016 a un hombre en el antiguo bar Los Gallos de Los Pajaritos, llegando incluso a prender fuego al cadáver "para evitar su descubrimiento" por parte de otras personas que frecuentaban el referido local, que se había convertido en un refugio de indigentes y en un chutadero para los yonquis del barrio. La Fiscalía reclama para la encausada una condena de 30 años de cárcel por los delitos de asesinato e incendio.

De este modo, la Audiencia acogerá el día 15 de junio la constitución del jurado popular y la presentación de las alegaciones previas por las partes personadas en este procedimiento, mientras que el día 18 de junio prestarán declaración la acusada y varios testigos y el día 19 comparecerán más testigos y los peritos. 

La Fiscalía de Sevilla solicita para la acusada 23 años de prisión por un delito de asesinato y otros siete años de cárcel por un delito de incendio, así como que abone una indemnización total de 90.000 euros a los tres hermanos de la víctima. También pide que indemnice con 7.899 euros al dueño del local afectado y con 240,60 euros al propietario de una vivienda que también resultó afectada por las llamas. 

En su escrito de acusación, el Ministerio Público relata que los hechos habrían tenido lugar entre los días 21 y 23 de septiembre de 2016, cuando la inculpada coincidió con la víctima, Antonio José M. G., con quien "mantenía ciertas desavenencias motivadas por el consumo de sustancias estupefacientes al que ambos eran adictos y que en ocasiones compartían".

"Tras una breve conversación", y según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, la acusada "convenció" al fallecido para que la acompañara a un local abandonado "para consumir algún tipo de sustancia estupefaciente", donde la inculpada le propuso "realizar un juego" en el marco del cual la acusada le "maniató" brazos y piernas con un cable metálico y una cuerda, "impidiéndole cualquier movimiento".

La Fiscalía asegura que, en esta situación y "privado" el hombre de "cualquier tipo de defensa", la acusada "decidió acabar con su vida, seguramente en represalia por las desavenencias que mantenían", de forma que "comenzó a golpearle con las manos y los puños" y con un cuchillo o similar le habría ocasionado siete heridas incisas, mientras que, valiéndose de un martillo y unos alicates, "comenzó a golpearle con gran violencia en el rostro, ocasionándole fractura de la pirámide nasal". 

Como consecuencia de todo ello, los padecimientos de la víctima "eran insoportables", y la acusada le introdujo en la boca "varias pastillas de haloperidol, agua oxigenada y betadine y con una jeringuilla que allí encontró le inyectó aire y haloperidol", precisa el Ministerio Público.

El hombre a pesar de todo continuaba con vida y para acabar con su vida, le propinó un "violento empujón" que hizo caer la silla y a la víctima, y en esta situación le pisó "con gran violencia el cuello", ocasionándole una fractura antero-lateral del cartílago cricoides.

A causa de esta agresión, el varón falleció instantes después, tras lo que la acusada ocultó el cuerpo en una habitación interior del local, pero "como quiera que el local era frecuentado por individuos drogadictos", la inculpada se trasladó nuevamente el día 25 al inmueble y prendió fuego al cadáver, propagándose las llamas "rápidamente" por todo el local y afectando tanto a este como a una vivienda aledaña.

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