Normalidad. Con esa palabra describieron las dos universidades sevillanas el primer día de las Pruebas de Acceso a la Universidad. La Selectividad de este año llega con el cambio de formato anunciado en la Lomce, lo que la convierte en una de las últimas que se realizarán, y con una temperatura nada acorde para la fecha. Quizá fuera ésta la única nota discordante de un día que se desarrolló según estaba previsto. Los 9.700 alumnos que se examinaron en Sevilla no tuvieron ningún contratiempo, salvo los clásicos nervios que se disiparon según avanzó la mañana.

Durante esta primera cita los estudiantes -8.500 en la Hispalense y 1.200 en la UPO- se examinaron de las materias comunes en cuatro ejercicios. El primer examen fue el Comentario de Texto de Lengua Castellana y Literatura. Este año no hubo texto periodístico y sí dos literarios: un fragmento de Los girasoles ciegos de Alberto Méndez o uno de Luces de Bohemia de Valle Inclán. Para el segundo ejercicio, los estudiantes dividieron en dos grupos. Los de Historia de España tuvieron que elegir entre La sublevación militar y la Guerra Civil (1936-1939), y La Guerra de la Independencia y los comienzos de la revolución liberal. La Constitución de 1812. Por su parte, los de Filosofía tuvieron que decantarse por un texto de Nietzsche o Marx. El último examen fue el de Lengua Extranjera.

Este año, la prueba andaluza está organizada por la Universidad de Sevilla. Su coordinador, Ignacio Ugalde, valoró en la sede de Derecho a media mañana cómo se estaban desarrollando los exámenes: "Todo va con normalidad y sin sobresaltos. Esperamos que el resultado sea satisfactorio. Los exámenes no son tan difíciles. El esfuerzo ya lo han hecho antes de llegar aquí. El mayor porcentaje (60%) de la nota corresponde al Bachillerato. El reto ahora es ver si alcanzan la nota de corte para entrar en la carrera que desean. Los índices son altos. En general he visto a los estudiantes tranquilos. Hoy han salido de su centro para venir a la universidad. Esperamos que pronto estén aquí estudiando".

Como responsable de la coordinación este año, desde la Hispalense han tenido que hacer un gran esfuerzo para que todos los estudiantes andaluces que se han examinado -47.000- tengan las pruebas en las mejores condiciones. Son alrededor de 600 personas las que ha destinado la Hispalense a la organización: "Todo el personal ha tenido mucho trabajo. Se han hecho 1,2 millones de fotocopias de los exámenes que se han tenido que meter en 18.000 sobres". El pasado 9 de abril se entregaron los exámenes a la comisión para su custodia. En total son seis pruebas que se sortean para que las dos personas que han elaborado el ejercicio de cada materia (un profesor universitario y uno de secundaria) no sepan cuál tocará. "Todos los implicados firman un contrato de confidencialidad. Los exámenes han estado custodiados con cámaras las 24 horas y para acceder a las instalaciones había que hacerlo con tarjetas codificadas".

Los alumnos que se examinaron en las aulas de Derecho salieron, en su mayoría, satisfechos con el resultado de los primeros exámenes. "El de Historia me ha salido bien. Me lo sabía. Esperaba que fuera más complicado. El de Lengua también ha ido bien. Quiero hacer Medicina, pero no creo que entre por la nota. Necesitaría un diez de media en Selectividad. Voy a entrar por Odontología", comentó Tomás Murube, alumno de la Academia Preuniversitaria. A Ana Sanz, del IES Isbilya, se le dio mejor el primer examen que el segundo: "Lengua me ha salido bastante bien. El de Filosofía ha ido regular. Me esperaba Descartes o Platón, pero, bueno, no ha ido mal del todo". Pablo, profesor de Historia en la Preu, aseguró que los exámenes estaban dentro de lo previsible: "Se habían preparado bien. Están saliendo contentos".