El Señor del Gran Poder volvió ayer a presidir la basílica que lleva su nombre después de estar durante cuatro días retirado del culto. En este tiempo, el restaurador Pedro Manzano le ha cambiado al Nazareno el sistema de articulaciones de los hombros y los brazos por uno más moderno y funcional, tal como se acordó en un cabildo general de hermanos celebrado a finales del mes de junio. La intervención, que se ha desarrollado con total normalidad, se ha llevado a cabo en las instalaciones del tesoro del propio templo.

Los numerosos fieles que cada viernes acuden a la plaza de San Lorenzo para rezar ante la venerada imagen se encontraron con un Gran Poder cuya salud interior ha mejorado de manera considerable con esta intervención, prevista para el mes de julio, aunque un retraso en la fabricación de las piezas motivó que la restauración tuviera que ser trasladada a estos primeros días de septiembre. El sistema de articulaciones que tenía el Señor, según algunos expertos, podría datar de la propia época en la que Juan de Mesa talló la imagen. Así al menos se lo trasladó Luis Álvarez Duarte a la junta de gobierno cuando intervino de urgencia al Señor tras el ataque que sufrió en su camarín en el verano de 2010.

Este sistema antiguo, conocido como de galleta, limitaba mucho los movimientos de las extremidades y dificultaba la labor de vestir la imagen. Las nuevas articulaciones que Pedro Manzano ha colocado al Gran Poder son de rótula o bola en los hombros y de galleta de acero inoxidable dental en los codos, un mecanismo mucho más flexible y funcional que hace sufrir menos a la imagen.

Se trata de la tercera intervención a la que se ha sometido el Señor en seis años tras la que le practicaron los hermanos Cruz Solís e Isabel Poza en 2006 para limpiarle la policromía y la que efectuó en 2010 Luis Álvarez Duarte tras la agresión. Este imaginero realizó también el verano pasado una revisión a la talla.