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Sevilla

Imputan otra agresión sexual al violador que pidió que lo castraran

  • La Policía lo ha identificado como el presunto autor de otra violación en Las Dalias

El Juzgado de Instrucción 11 de Sevilla mantiene abierta una causa por otra agresión sexual contra Borja P. L., el violador reincidente que pidió ser sometido a un proceso de castración química. Este hombre fue detenido por última vez el pasado mes de marzo, después de que presuntamente cometiera una agresión sexual el 31 de diciembre de 2015 en la calle Hespérides. Allí abordó por la espalda a una mujer, a la que apretó el rostro contra el suelo para que no lo identificara y empezó a pegarle mientras la amenazaba con partirle el cuello si gritaba. Luego la siguió golpeando mientras consumaba la agresión sexual.

Borja P. L. fue condenado en 1998 a 18 años de cárcel por tres violaciones y una agresión sexual. Salió de prisión en 2013 con un tercer grado penitenciario y una orden de alejamiento de Sevilla. No se fue a vivir muy lejos. Se estableció en Camas para poder regresar cada noche a dormir a la cárcel. Por ello, la Policía también le pudo imputar un delito de quebrantamiento de condena. Tras este arresto, los agentes del Servicio de Atención a la Mujer (SAM) -unidad de la Policía Nacional especializada en la investigación de violaciones y agresiones sexuales- repasaron varios casos que seguían abiertos para tratar de averiguar si alguno podía haber sido cometido por este hombre.

Tras varias semanas de investigación, los investigadores han logrado imputarle una nueva violación, anterior a la de la calle Hespérides pero cometida en una zona muy cercana a ésta. Los hechos ocurrieron la primavera del año 2015 en la barriada de las Dalias, muy cerca del Parque Atlántico y del lugar donde abordó a su víctima de diciembre.

Borja P. L. ha pasado quince años en prisión pero ha quedado demostrado que este periodo no ha servido para que pueda reinsertarse. Los expertos aseguran que este tipo de violadores compulsivos no se reinsertan. El propio imputado admitió a la juez de Instrucción 3, que lleva el caso de la calle Hespérides, que está enfermo y se mostró partidario de someterse a un proceso de castración química porque sostiene que no es capaz de controlar sus impulsos. Borja P. L. continúa en prisión preventiva a la espera de que avance la instrucción de estas dos violaciones y sea juzgado de nuevo por delitos similares a los que ya lo mantuvieron quince años entre rejas.

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