Sevilla

La Junta destaca las medidas adoptadas

  • La consejera dice que las universidades han reforzado sus protocolos contra las situaciones de acoso a profesores y alumnas

La consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio.

La consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio. / belén vargas

La consejera de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, María José Sánchez Rubio, destacó ayer en Granada los pasos dados por las universidades andaluzas para reforzar protocolos coordinados contra el acoso sexual no solamente a alumnas sino también a profesoras.

Preguntada acerca del caso del catedrático de la Universidad de Sevilla Santiago Romero Granados, que ha sido condenado por los abusos sexuales y lesiones cometidos contra dos profesores y una becaria de investigación de la Facultad de Ciencias de la Educación, la consejera Sánchez Rubio valoró que el rector de la Hispalense, Miguel Ángel Castro, pidiera "públicamente perdón a las víctimas si en algún momento dudó de su versión".

A las víctimas hay que creerlas, escucharlas, protegerlas y entenderlas"

Sánchez Rubio, que citó en concreto la labor de las unidades de igualdad como la de la Universidad de Granada, subrayó que "a las víctimas hay que creerlas", pues "uno de los elementos que utiliza el acosador es ir quitándoles la autoestima y el apoyo" por parte de su "entorno más cercano" hasta que "cuando levanta la voz, su voz ya no es oída".

Por ello, prosiguió la titular andaluza de Igualdad y Políticas Sociales, hay que "escuchar, proteger y entender" a víctimas como las de la Universidad de Sevilla, una de las cuales, según indicó Sánchez Rubio, "tiene verdaderas dificultades" psicológicas para superar la situación que vivió cuando coincidió con el catedrático Santiago Romero en la facultad de Ciencias de la Educación de Sevilla.

La sentencia que condenó a Santiago Romero Granados por tres delitos de abusos sexuales y otro de lesiones describe una auténtica situación de acoso y abusos continuados durante años. Así, el fallo declara como hechos probados que desde mediados de 2006 y hasta mediados de 2010, el catedrático realizó diversos tocamientos a las dos profesoras y a la becaria de investigación "con ánimo libidinoso". En una ocasión cuando una de las nuevas profesoras fue a presentarse ante él, Santiago Romero se sentó a su lado, "le puso la mano en el hombro y a continuación le tocó en un pecho", ante lo que la mujer se apartó, y entonces le colocó un documento entre las piernas y con esa excusa volvió a tocarla.

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