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Lección de vida el año de su muerte

  • Testigo. Emotiva presentación del libro de Memorias de Arturo Moya

De izquierda a derecha, Rosa García Perea, de Almuzara, Arturo Moya Jr., Jaime Ignacio del Burgo,  Fernando Yélamos y Juan de Dios Mellado, junto a un retrato de Moya hecho por Reyes de la Lastra.

De izquierda a derecha, Rosa García Perea, de Almuzara, Arturo Moya Jr., Jaime Ignacio del Burgo, Fernando Yélamos y Juan de Dios Mellado, junto a un retrato de Moya hecho por Reyes de la Lastra. / antonio pizarro

En la nota póstuma de este libro, se dice que Arturo Moya Moreno (1943-2016) murió de cáncer el día de Navidad del año pasado. En realidad murió de éxito. El éxito de sus numerosos y sonados fracasos, algunos de los cuales los enumeraron ayer sus amigos en la presentación del libro Memorias de Arturo Moya (Almuzara), acto presidido en la sala Antonio Machado de Cajasol por un retrato de Reyes de la Lastra. La pintora presentó el domingo el que hizo del rey Felipe y ayer hizo lo propio con el de un rara avis que trató al padre del actual monarca en la Zarzuela y a su abuelo en Estoril.

Murió literalmente de éxito porque cuando empezó 2016, sabedor de la trampa del destino, empezó a escribir unas Memorias que quería acabar antes que la mano de nieve de la que habló Bergamín lo llamara a su lado. "El libro se fraguó en nuestra casa de El Puerto de Santa María", contó su amigo Fernando Yélamos, presidente de FANS, Fundación Andalucía Nueva Sociedad.

En primera fila, Marifer, su esposa desde 1967, que ha recibido este libro como regalo de sus bodas de oro con un granadino del Albaicín que le dio seis hijos y 19 nietos. Arturo Moya Fernández, economista, es el primogénito y agradeció a la generación de su padre, a la que burlonamente llamaba de la pechuga de pollo, "que por ellos los que somos más jóvenes hemos tenido el mejor tiempo de libertad y crecimiento de España en toda su historia".

En la portada del libro, Arturo Moya con los presidentes Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo. Del primero fue asesor y consejero y tuvo un papel relevante en los Pactos de la Moncloa; con el segundo alentó la integración de España en la Otan, que se certificó en mayo de 1982.

"No es un libro, es una lección de vida", dijo Rosa García Perea, de Almuzara. Jaime García del Burgo conoció a Arturo Moya en Bilbao cuando éste estudiaba Minas. Su demolición del sindicato universitario del franquismo tuvo eco hasta en Le Monde. En 1974 participaron en la fundación de Causa Ciudadana, cuyo programa, alegato contra el pazguato asociacionismo de Arias Navarro, podría figurar hoy en cualquier oferta política.

Lección de vida. Una vida que conoce como nadie quien fue su amigo y es su biógrafo, Juan de Dios Mellado, que compartió con Moya Moreno la aventura de una empresa periodística llamada Gaceta Universitaria. "Llegó a tener una tirada de 15.000 ejemplares. Íbamos a la Universidad a venderla y el que más vendiera se llevaba gratis un bocadillo de calamares". Yélamos dice que se lee como un libro de aventuras. Mellado recordó al promotor de acciones cómo repartir 25.000 claveles de Chipiona en la Gran Vía después de la revolución portuguesa o llenar Los Cármenes de viseras color butano con el eslogan Vota Moya, Vota Futuro.

Entre sus fracasos, el repliegue de Aznar después de proponerlo para ser el candidato del PP a la Junta en 1994, la campaña para la Alcaldía de Marbella o el pinchazo de Mario Conde para financiar Poder Andaluz. Fue diputado en las Cortes del 77.

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