calle rioja

Mozart, Vivaldi y la Banda Tejera

  • La Reina de Todos los Santos recorrió su barrio otro noviembre.

La Reina de Todos los Santos por la calle Molino, con Peris Mencheta al fondo.

La Reina de Todos los Santos por la calle Molino, con Peris Mencheta al fondo. / juan carlos vázquez

Por la mañana, música de Mozart, Vivaldi y el Aleluya del gran Leonard Cohen en la iglesia, interpretada por la Capilla Clásica Santísimo Cristo de San Agustín. Por la tarde, la Banda de Tejera por las calles del barrio. La sesión continua de la Hermandad Sacramental de la Reina de Todos los Santos. Reina y esclava, hermosa paradoja de la mariología.

"Hermandad, qué hermosa palabra si fuera verdad", diría en la homilía el párroco de Ómnium Sanctórum, Pedro Juan Barrera, en la línea de la lectura del Evangelio según San Mateo -el evangelista de Bach y de Pasolini- que fustiga a los fariseos que ocupaban los primeros sitios en las sinagogas. Estreno esplendoroso del nuevo hermano mayor, Joaquín de la Peña, que ganó las elecciones el mismo día, 21 de mayo, que Pedro Sánchez derrotó a Susana Díaz en las primarias.

Los primeros documentos de esta hermandad sacramental datan de 1570. Se desconoce la autoría de la imagen de la Virgen. "Todos los papeles ardieron en 1936", dice el hermano mayor. Manuel Vaquero lo fue hasta 1992. Sevillano de 1930, a sus 87 años acompañaba a su imagen por la calle. "Soy hermano desde que nací, no había ni República, y me borraron en el 36".

Es hermoso el contraste. Ambiente de fiesta en la Alameda, llenas las mesas de los bares Central, Eureka, Habanilla y Amanecer. Al fondo, por Peris Mencheta, se ve la cruz de guía. María y Cristina, nietas de Estrella, debutan con los cirios. El hijo de esta Reina, rey de reyes en la Biblia del celuloide, humilla a los soberbios y enaltece a los humildes. Todos los oficios la acompañaban: el nieto del calentero Joaquín; el hijo de Paco, que despacha en el bar Guadiana; Manuel, el cuponero, hijo del dueño de Muebles Ávila. El policía, el profesor de instituto, el que regentó un negocio en la calle Rivero.

La esperan en la calle el arquitecto Honorio Aguilar, el tabernero Álvaro Perejil, la editora Rosa García Perea. Familias enteras asisten a este prodigio de los ojos del Guadiana. La Virgen, con los penúltimos costaleros del 17, gira por la calle Molino, quebradero de casas, y vuelve a pasar por Guadiana cuando regresa por Santa Rufina. Todas las Santas.

Los primeros documentos de la hermandad se remontan a 1570

La función matinal salió a la perfección. Miguel Ángel Rodríguez, de Astorga, profesor de Música en el instituto Llanes, dirigía la Capilla Clásica. Empezaron con una pieza de su creación, Maranatá. Siguió la Misa KV 259 de Mozart, el tema Quién como tú, de la organista María Dolores Segura. Después del Aleluya de Cohen, para cerrar la función principal, el Gloria de Vivaldi. El director lució una batuta realizada por Rafael Torres García, yojero maragato de su Astorga natal.

Con la iglesia de Ómnium Sanctórum, una de las primeras que erigió Fernando III, como epicentro, la procesión recorrió Peris Mencheta, Molino, Santa Rufina, Correduría, Cruz Verde, Palacios Malaver, Plaza Calderón de la Barca, espaldas del mercado de Feria, Amargura, Relator y Feria para volver a la parroquia.

Turistas franceses hacían fotos de los costaleros. Los parroquianos del bar Entrelíneas, en la esquina con Molino, veían el cortejo con diferentes afanes: asombro, curiosidad, indiferencia, algún amago de devoción. El mestizaje antropológico que ha estudiado Salvador Rodríguez Becerra. La reina de autor desconocido, como el romancero, que reina y gobierna en un barrio que es reflejo de los vaivenes de la ciudad, las sístoles y diástoles de sus esplendores y sus decadencias.

Música de capilla y de banda. De Mozart y Vivaldi a Virgen de las Aguas, a dos pasos de la tienda de Tejera. Camino de la plaza Calderón de la Barca, cada balcón era una platea de teatro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios