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Sevilla

Una Pascua por la democracia

  • El general jefe de la Fuerza Terrestre, Virgilio Sañudo, destaca la "fe en la democracia" del Ejército en el discurso de la Pascua Militar en Sevilla · Escasa presencia de público en la antigua capitanía

Democracia. Constitución. Transformación. Junto a los vivas a España y al Rey, son las palabras que resuenan con más fuerza en los labios de Virgilio Sañudo, general jefe de la Fuerza Terrestre. Son los tres regalos que trae cada mañana de Reyes desde hace treinta años el monarca que vino del Palacio de Oriente. Y de todas las demás.

"Queremos que nuestras Fuerzas Armadas continúen su transformación como corresponde a un país que avanza de manera decidida plenamente integrado en el concierto internacional", afirmó Sañudo en el discurso pronunciado en el Salón del Trono de la antigua Capitanía General con motivo de la Pascua Militar de cada seis de enero. A prehistoria suenan los ecos del general Mena cuando aseguró hace dos años que el Ejército estaba para garantizar la unidad territorial ante veleidades nacionalistas. Ante banderas secesionistas como las ondeadas en Cataluña cuando la reciente crisis de los trenes de cercanías, Sañudo recordó que el Ejército está para ayudar. "Apoyo a la comunidad autónoma de Cataluña en la instalación de generadores eléctricos para paliar los efectos del apagón". O a los inmigrantes que arriban a las costas canarias.

La mañana de Reyes amaneció fría y nublada. Algo más de cincuenta personas se alinean en el precinto colocado por la Policía Local en la avenida de Portugal. Entre las cuatro docenas de espectadores hay una pareja japonesa y una familia francesa que toma instantáneas del acto. No muchos más asoman desde los pisos del Prado entre regalo y regalo desenvuelto. Entre las autoridades civiles presentes está el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón; el subdelegado, Faustino Valdés; jefe superior de Policía de Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra. También está Rosamar Prieto-Castro, que llega enfundada en un abrigo de pieles que la protege del frío. Al final no asiste Juan Ignacio Zoido, antiguo inquilino del edificio en calidad de delegado del Gobierno. Con una puntualidad y precisión que para sí quisieran los ejecutores de Metros y cabalgatas, comienza la parada militar. La unidad de honores del Regimiento de Artillería Antiaérea número 74 rinde honores al general jefe de la Fuerza Terrestre, que pasa revista. El desfile es vistoso y breve. Abre la comitiva una escuadra de batidores, ataviada con uniformes de época.

No hay referencias al 70 cumpleaños del Rey, que en ese momento preside la Pascua en el Palacio Real de Madrid. Sí a la efeméride que dio origen a la Pascua: la toma de la plaza de Menorca a los ingleses en 1782. Y a los festejos por el bicentenario de la Guerra de la Independencia. Pero el Ejército sigue en marcha. "Nuestro reloj no se para. (...) Máximo aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la información. (...) El Ejército del siglo XXI tiene que dar pruebas de un elevado nivel de preparación", lee Sañudo. Se elogia el gesto del Rey al pasar el fin de año en Afganistán y el de Zapatero visitando el Líbano. Y un mensaje sobre ETA: "Nunca quebrará nuestra fe en la democracia". Cerró el acto un brindis en honor del Rey. Con esa tranquilidad y disfrutando del aperitivo, el derbi que se disputaría horas después en el Sánchez Pizjuán fue el tema favorito entre la milicia. No ningún otro.

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