La Policía Nacional desalojó ayer a los okupas que habían creado un centro social en la Fábrica de Sombreros, un edificio histórico del barrio de San Luis que estaba abandonado desde que la empresa Isesa se trasladó a un municipio del Aljarafe.

Miembros del Centro Social Fábrica de Sombreros indicaron a este medio que la Policía desalojó el inmueble sobre las siete de la mañana de ayer sin que se produjeran incidentes. El colectivo denunció que la orden de desalojo no fue notificada a sus abogados y que los agentes les impidieron recoger sus pertenencias del inmueble, propiedad de la inmobiliaria Tempa.

Por su parte, fuentes policiales informaron a Europa Press de que los agentes ejecutaron una orden de desalojo dictada por el Juzgado de Instrucción número 20 de Sevilla y que el desalojo se produjo pacíficamente. Los efectivos identificaron a cinco okupas pero no se produjo ninguna detención.

La Policía Nacional desplegó un numeroso dispositivo y bloqueó durante toda la mañana los accesos a las calles Castellar, Heliotropo y Maravilla, permitiendo el paso únicamente a las personas que acreditaban vivir en la zona.

Los integrantes del colectivo aseguraron que el despliegue policial causó "escenas de pánico" al coincidir con la apertura de las clases del colegio Calderón de la Barca, situado en la misma calle Castellar. Para protestar contra el desalojo, se concentraron a lo largo de la mañana en la plaza de San Marcos. A la zona se desplazó el delegado del Distrito Centro, Luciniano Rodríguez, aunque los okupas le exigieron que se marchara por el incumplimiento de las promesas del Ayuntamiento de Sevilla, que se comprometió a expropiar el edificio en un plazo de dos años. Ya por la tarde, los miembros del centro social se manifestaron frente a la plaza Nueva y se concentraron de nuevo en la Resolana.