Unos ladrones desvalijaron a finales de septiembre un almacén de joyería de Nervión, de donde se llevaron cientos de joyas. Los delincuentes accedieron al interior del almacén practicando un butrón y luego reventaron la puerta de una bóveda acorazada con una lanza térmica, que ni siquiera se preocuparon de llevarse después. Sustrajeron numerosos cajones llenos de sortijas, la mayoría de ellas medallas, esclavas, pendientes, pulseras y cordones. Todas las piezas sustraídas eran de oro.

La Policía detuvo poco después a seis jóvenes como presuntos autores del robo, pero un juzgado de Sevilla los dejó en libertad con cargos al considerar que no existía riesgo de fuga. Se trata de seis delincuentes vecinos de Torreblanca y de las Tres Mil Viviendas, que cuentan con múltiples antecedentes delictivos. Este almacén es el cuarto negocio de este tipo que es asaltado en la capital andaluza en menos de un mes, lo que ha generado una cierta alarma en el sector y la indignación de los profesionales del mismo al quedar libres los presuntos autores. Todos los robos han sido cometidos siguiendo el mismo modus operandi. Dos de ellos ocurrieron en el centro y otro en el Cerro del Águila.

El último fue el de Nervión. Ocurrió el fin de semana del 26 y el 27 de septiembre. De nada sirvió que el local estuviera protegido con una alarma de una empresa de seguridad. El robo se cometió en varias fases. En un primer momento, los ladrones llegaron el sábado por la tarde, a una hora en la que la zona estaba muy tranquila porque estaba jugando en ese momento el Sevilla en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Aprovecharon esa calma para forzar la puerta de entrada y arrancar la centralita de la alarma. La Policía acudió al aviso de un vecino que escuchó golpes y llamó a la empresa de seguridad, que dejó simplemente una nota en el local informando de que le habían forzado la cerradura.

Una vez inutilizada la alarma, acudieron de nuevo el domingo por la mañana, cuando hicieron el butrón con la lanza térmica para acceder a la bóveda acorazada donde estaban las joyas. Hecho el agujero, se marcharon después para regresar esa noche y dejar tiempo a que se enfriara el butrón practicado en la puerta. Entre las diez y media y las once menos cuarto del domingo, acudieron de nuevo para llevarse todo el botín. Los propietarios no fueron conscientes del robo hasta el lunes por la mañana. Como se aprecia en las fotografías que ilustran esta página, los delincuentes vaciaron numerosos cajones cargados de joyas y se las llevaron. La Policía no ha podido recuperar los efectos, que probablemente hayan sido ya fundidos.