Ayer, en el convento de las Mercedarias de la calle San Vicente. Hoy, en el de la plaza de las Mercedarias, convento de San José. Mañana, en el de los padres Mercedarios de la calle Alfonso XII junto a la iglesia de San Gregorio de donde sale el Santo Entierro. Estos tres puntos de Sevilla han sido declarados por la Santa Sede templos jubilares en el octavo centenario de la fundación de la Orden de la Merced. El año jubilar se inició en Roma anteayer, 17 de enero, y terminará en Lima justo un año después, en Perú, el país al que en visita pastoral ha llegado el papa Francisco. Ayer pasó por Iquique, centro de la Cantata que popularizó el grupo Quilapayún.

Alumnos de los dos colegios vinculados a la orden de la Merced, ayer los de San Vicente, hoy los de San José, participan en sendas procesiones en las inmediaciones de las sedes conventuales. Pedro Nolasco, fundador de la orden, puso en marcha en 1218 uno de los antecedentes de las actuales organizaciones no gubernamentales. Este comerciante barcelonés, tras un encuentro con la fe, abandonó su negocio de telas y se dedicó en cuerpo y alma al rescate de cautivos. Dicen que en sus ocho viajes liberó a ochocientos cautivos.

El acta fundacional de la Orden de la Merced tuvo lugar en la catedral de Barcelona y al acto asistieron el rey Jaime I, el obispo Berenguer de Palou y el canónigo Raimundo de Peñafort. La orden mercedaria incorporó un cuarto voto a los tradicionales de pobreza, castidad y obediencia y era el de intercambiarse por los rehenes cuando no pudieran pagar en efectivo los rescates.

El actual Museo de Bellas Artes fue convento principal de la orden de la Merced hasta la desamortización de Mendizábal. Zurbarán les dedicó una serie de cuadros que forman parte del patrimonio del Museo del Prado. En 1218 faltaban casi tres siglos para que Colón llegara a América y cuatro siglos justos para que naciera Murillo.

"Parece que los esclavos ahora sólo salen en las películas, pero hay esclavos de la droga, del juego, de internet", dijo Óscar, el padre dominico que ayer ofició la misa en la iglesia de las Mercedarias de San Vicente junto a una imagen de la Virgen de la Merced que es la más antigua de Sevilla y algunas leyendas dicen que la trajo Fernando III en 1248.

Un año entre Roma y Lima pasando por Sevilla, que se sumará a los actos del octavo centenario de la Merced con un ciclo de conferencias, una exposición en el Círculo Mercantil y el traslado con el Rosario de la Aurora de la Virgen de la Merced hasta la Catedral el próximo 6 de octubre, una procesión que terminará con la misa pontifical que presidirá el azobispo Juan José Asenjo.

Rosario y Mercedes, directoras respectivas de los colegios de las Mercedarias de San Vicente y San José, han hecho la convocatoria para participar en este año jubilar al que se sumarán las hermandades que tienen alguna relación con la Virgen de la Merced: Pasión, Museo, Santo Entierro, Jesús Despojado, Santa Genoveva, la de la Puerta Real y la de gloria de Rochelambert.

En el patio del colegio de las Mercedarias de San Vicente hubo suelta de globos y un dron fotografió la celebración del comienzo del año jubilar mercedario. En el ofertorio de la celebración, hubo libros para combatir la esclavitud de la ignorancia, un globo terráqueo "para denunciar las cautividades modernas", unas cadenas y el pan y el vino "que representan nuestra pequeñez", en palabras del oficiante. El globo quedó mostrando el lado de Oceanía rodeada de agua por todas partes, metáfora de esa lucha en las aguas que en vida de Pedro Nolasco se saldó con el rescate de tres mil cautivos.