"Va por ti", sentenció el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, cuando firmaba el acta de consagración de la iglesia del Divino Salvador, reabierta ayer al culto cinco años después de que tuviera que ser cerrada por su mal estado un 5 de marzo de 2003. El cardenal se dirigía a Juan Garrido Mesa, canónigo que dirigió la obra de restauración del templo hasta su fallecimiento en marzo del pasado año y que ayer estuvo presente a lo largo de toda la ceremonia. "Querido Juan, te presto mis manos para que seas tú quien firme este acta". Hermosa frase para finalizar una misa de consagración durante la que Amigo Vallejo no dudó en alabar los trabajos de restauración del templo, del que destacó su "armonía y belleza".

También la luz se convirtió en una de las protagonistas de la ceremonia con la que los sevillanos recuperan "uno de los templos más queridos por la ciudad". Al filo del mediodía, la procedente de los rayos de sol filtrados a través de unas recuperadas vidrieras; en torno a la una de la tarde, gracias a la artística iluminación instalada por la Fundación Sevillana Endesa, que causó hasta las palabras de admiración del propio cardenal, que también agradeció personalmente al presidente de la fundación, Jaime Ybarra, la aportación de la compañía eléctrica. Casi apagado por los aplausos por los cientos de asistente que llenaban pero no abarrotaban el templo, Amigo Vallejo culminó el rito de dedicación de la iglesia: "Aquí tenemos de nuevo al Salvador", y agradeció a todos los que han trabajado "para recuperar esta indescriptible belleza".

Palabras de reconocimiento que ya tuvo durante la homilía, en la que agradeció el trabajo del arquitecto de la obra, Fernando Medoza; de la empresa Construcciones Bellido; y del abogado Joaquín Moeckel, abanderado del programa "Todos con el Salvador", que buscó las aportaciones económicas de entidades y particulares para la rehabilitación del templo. Posteriormente, estas mismas personas firmaron junto al cardenal el acta histórica que confirma la reapertura del Salvador, después de que el 5 de marzo de 2003 fuera clausurado por motivos de seguridad.

También habló Amigo Vallejo del futuro de la iglesia, evidentemente más allá de su uso religioso. El cardenal arzobispo anunció que el nuevo Salvador "debe ser un elemento de reconciliación entre la fe y la cultura" y reveló que el templo acogerá "actividades culturales que avalen que la fe y la cultura son realidades distintas, pero al mismo tiempo inseparables. La fe ni anula ni prescinde de la cultura". Eso sí, habrá condiciones: "Los cristianos ofrecemos lo que tenemos, pero pedimos que nuestros visitantes respeten aquello en los que creemos", sentenció Amigo Vallejo.

El templo iluminado ofrece una ahora visión que nunca tuvo. Múltiples detalles que antes no se observaban por la suciedad que acumulaba el templo ahora refulgen. Como el retablo y el camarín de la Virgen de las Aguas o el mismo retablo de la capilla donde está el Señor de Pasión, que se convierte en punto de atracción para decenas de asistentes que se olvidan de la misa por el rito hispano mozárabe -para recordar la vinculación del templo con los santos arzobispos Leandro e Isidoro- y se acumulan ante la verja de la capilla para contemplar, un lustro después de su marcha a San Hermenegildo y la Iglesia de la Misericordia, la imagen de Martínez Montañés en su recién restaurado también retablo de plata.

El vicario de la diócesis, Francisco Ortiz, y nuevo rector de la Iglesia Colegial del Divino Salvador -que pasa a depender del Arzobispado, también quiso agradecer "al pueblo de Sevilla que haya demostrado que quiere a este templo, porque es uno de los más queridos de la ciudad", e instó a que el movimiento "Todos con el Salvador" se mantenga "igual a partir de hoy".