El Tribunal Supremo revisará el próximo 9 de mayo la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) de absolver a Óscar Riquelme, el joven que fue hallado culpable por un jurado popular del homicidio del vecino de La Puebla de Cazalla Francisco José Guerrero Vargas, que fue apuñalado el 25 de marzo de 2011 durante una botellona celebrada en la Isla de la Cartuja.

La Sala Segunda ha fijado el 9 de mayo para la deliberación y decisión sobre los recursos presentados, sin necesidad de celebrar una vista. La Sala que verá los recursos estará presidida por el magistrado Cándido Conde-Pumpido y formarán parte de la misma los magistrados Perfecto Andrés Ibáñez, José Ramón Soriano, Miguel Colmenero y Antonio del Moral.

La Fiscalía del Tribunal Supremo y la acusación particular que ejerce Milagros Vargas, la madre del joven fallecido, solicitan en su recurso que se revoque la absolución de Óscar Riquelme y, en su lugar, se le imponga una condena de 12 años y medio de cárcel por un delito de homicidio.

La Fiscalía del Alto Tribunal, que decidió recurrir la absolución corrigiendo el criterio de la propia Fiscalía de Sevilla, detecta hasta "cinco errores" en la sentencia del TSJA, a cuyos magistrados reprocha haber sustituido los hechos probados por el jurado por los suyos propios y negar "indebidamente" la incorporación de la declaración prestada en la fase de instrucción por la testigo protegida, que identificó a Riquelme como autor de la puñalada, pero luego se retractó durante la vista oral.

El abogado Álvaro Pimentel, que representa al acusado y que logró la absolución pese a la condena inicial de la Audiencia de Sevilla, se ha opuesto al recurso de las acusaciones, reiterando que Óscar Riquelme fue condenado por un jurado "sin base probatoria alguna y vulnerando su derecho fundamental a la presunción de inocencia, como el TSJA estimó" en la sentencia que ahora va a ser revisada.

La madre del joven fallecido argumentó en su recurso que el TSJA sustituyó el criterio del jurado "por el suyo propio" y recuerda que durante el juicio la testigo protegida se hallaba muy nerviosa, "presa del pánico". La familia pide que se tengan en cuenta las declaraciones de otros jóvenes que se hallaban aquella noche en la fiesta y vieron cómo momentos antes de la agresión era el acusado quien portaba la navaja.