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Sevilla

Tablada: 10 años de una bandera política

  • Monteseirín, que ahora se inclina por negociar, ha defendido a lo largo de la última década la expropiación de los terrenos

Para algunos, era una cuestión de tiempo. Para otros, en cambio, se trataba -y se trata- de un asunto de principios. La decisión del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, de modificar la estrategia municipal histórica en relación a los terrenos de la antigua dehesa de Tablada abre un periodo de incertidumbre en relación al viejo proyecto municipal de crear un parque metropolitano y al futuro de esta parte de la ciudad, situada en un enclave estratégico de la Gran Sevilla.

¿Quién va a negociar con los propietarios el futuro de este suelo? ¿Qué es exactamente lo que se va a pactar con ellos? ¿Qué compensaciones económicas o patrimoniales se les van a ofrecer? Todas estas preguntas están en el aire. El regidor no ha dado más detalles. Según su círculo de confianza, la idea es "una reflexión personal" que aún tiene que desarrollarse.

Durante la última década, los sucesivos ejecutivos municipales -todos ellos presididos por Monteseirín- han hecho bandera de la expropiación de Tablada. La iniciativa, sin embargo, no fue en su día anunciada por el regidor, sino por quien fuera en su primer mandato concejal de Urbanismo, el andalucista Rafael Carmona. El PA, que en su día firmó un convenio de intenciones genérico con las antiguas cajas de ahorro sevillanas -antaño propietarias de los suelos, adquiridos por subasta al ejército durante la Alcaldía de Soledad Becerril-, pretendía así dar un golpe de imagen y recuperar la titularidad pública de unos suelos considerados esenciales en la ordenación de la Sevilla metropolitana. El PSOE, que entonces tenía un margen de acción política más limitado en relación a la actualidad, se enteró de la decisión casi al mismo tiempo que todo el mundo. Por la prensa.

promesa electoral

Siguiendo la máxima que, en política, aconseja convertir en propias las buenas ideas ajenas, desde entonces el equipo de Monteseirín ha hecho santo y seña de esta operación para ejemplificar su hábil decisión de marcar distancias frente la criticada política urbanística que los andalucistas practicaron en los años 90. A partir de ese momento, la promesa de que Tablada sería "verde" se ha sucedido en los distintos programas electorales de los socialistas -2003 y 2007- y ha sido asunto recurrente dentro de argumentario municipal de los dos últios lustros. Hasta el punto de que los propios socialistas han llegado a vincular en numerosas ocasiones la oposición a muchos de sus proyectos de gestión a hipotéticos ataques auspiciados y perpetrados por los "determinados sectores sociales y económicos" -nunca citados de forma expresa, por otra parte- deseosos de torcer su voluntad en relación a la idea de construir un gran parque público en Tablada.

En la última década, sin embargo, pese al caudal de promesas, se ha conseguido relativamente poco del objetivo inicial. Casi nada, en realidad. El Ayuntamiento comenzó una batalla jurídica para hacerse con los suelos -dos delimitaciones de terreno, el paso jurídico previo a sendas operaciones de expropiación que no han llegado a prosperar en los tribunales-, solicitó -sin demasiado éxito, a la vista de los hechos- el respaldo económico de la Junta para sacar adelante un proyecto de parque metropolitano -hay un diseño hecho, pero no es vinculante- y, hasta hace sólo unos meses, insistía en su tesis de fondo. "Tablada será verde". Antes o después. En los tiempos recientes algo parece haberse quebrado: a raíz del último fallo judicial contrario al proceso de expropiación, el actual edil de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, anunció que utilizaría el dinero consignado para hacer frente a la operación en los presupuestos de la Gerencia -siete millones de euros- a otros fines. Urbanismo tenía problemas de liquidez. IU, socio de gobierno del PSOE en los últimos seis años, forzó entonces una moción conjunta, aprobada en Pleno al inicio del verano, para que Tablada fuera incluida en el inventario de bienes naturales de Andalucía. Una nueva declaración de intenciones. Idéntica propuesta llevó IU al Parlamento andaluz en forma de proposición no de ley, aunque la Cámara andaluza todavía no la ha debatido. Está previsto que se discuta justo a la vuelta del verano.

Bases para negociar

Monteseirín, al decidir cambiar de táctica, insiste en la mayor: lo que se quiere negociar es la obtención del suelo -en manos privadas-, no si Tablada va a ser un parque. De los usos, en principio, no piensa hablarse. En todo caso, resulta obvio que cualquier negociación exige contraprestaciones entre las partes. Y en este caso la diferencia entre lo que piden las promotoras -210 millones de euros, cifra que además habría que actualizar- y lo que ofrece el Consistorio es tan abismal que incluso un punto medio constituiría una recompensa para quienes adquirieron el suelo a sabiendas de que era terreno no urbanizable y después se lo han vendido, en lotes, entre ellas -Tablada Híspalis AIE es un pool de las grandes inmobiliarias- para incrementar artificialmente su valor de referencia con vista a una hipotética valoración, obligada tanto en caso de que se decida acometer una expropiación pactada o se negocie.

En este punto justo está la clave del proceso que Monteseirín parece decidido a iniciar. El director del PGOU, Manuel Ángel Fustegueras, blindó la antigua dehesa al calificar sus suelos como no urbanizables, dado su valor natural. Esta condición implica que en ellos no se pueden construir más que los equipamientos necesarios para gestionar un parque. Salvo, claro está, que se modifique el Plan General. Y, en el supuesto de que alguien calibrase tal idea, habría que revisar el PGOU entero. De forma integral. La razón: Tablada es, en términos urbanísticos y jurídicos, un sistema general, lo que implica que cambiar su uso urbanístico afectaría a la estructura completa de la ciudad. No puede pues modificarse su condición no urbanizable sin volver a revisar el modelo urbano de forma global. El PGOU actual se aprobó en 2006. PSOE e IU han hecho bandera del documento.

Los promotores probablemente aspiren a compensaciones económicas en metálico o en suelo -obviamente, en terrenos calificados para construir en otras áreas de Sevilla-. Ni el escenario económico -el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis- ni la situación política sugieren otra cosa. Aunque, como decía el arquitecto Mies Van der Rohe, "menos es más". Sobre todo si -al no poder hacer pisos de renta libre- no se tiene nada.

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