Desde que comenzó el 1 de mayo la gestión municipal de la línea de autobús del aeropuerto y durante los cuatro meses siguientes, los conductores han sufrido presiones de taxistas de San Pablo temerosos de que el Ayuntamiento aumentara el número de vehículos y convirtiera el autobús en un transporte aún más competitivo de lo que ya es en precio: cuesta 2,40 euros, casi 10 veces más barato que el taxi, y no deja de ganar usuarios por su eficaz servicio. En enero de 2013 subirá a 4 euros para contentar al gremio del taxi.

Fuentes de Tussam consultadas por este periódico corroboran que "determinados taxistas" presionaban a los conductores de autobús, dando porrazos en la chapa y al grito de "vámonos" para que el vehículo saliera a la hora fijada, aunque quedaran viajeros sin montar esperando en la parada, y protestando cuando coincidían varios a la vez en la parada. Esas presiones se han suavizado desde mediados de septiembre tras negociar la dirección de Tussam con los taxistas del aeropuerto, agregan las fuentes citadas.

Este periódico comprobó el pasado viernes 5 de octubre que sigue habiendo miedo en algunos empleados de la línea: el cobrador que trabajaba ese día vendía en la calle los billetes a los viajeros que se acercaban sin llevar la identificación de Tussam y queriendo pasar tan desapercibido que parecía un viandante más.

La asociación Solidaridad del Taxi, que representa a los taxistas del aeropuerto, reconoce que "alguien puntualmente ha podido recriminar" a algún conductor de autobús, "pero no creo que la cosa haya ido más allá", asegura su presidente Enrique Filgueras. El gremio recalca que su exigencia a la dirección de Tussam siempre ha ido en el sentido de que suba el precio del billete a su coste real y cumpla a rajatabla el itinerario y frecuencia que se marcó. "En las reuniones dejamos claro que si cumple Tussam nosotros cumpliremos. No es lógico que haya dos o tres autobuses parados en el túnel y ocupando el sitio de la parada de taxis; uno cargaba y los otros dos se quedaban vacíos esperando", dice Filgueras.

Los taxistas del aeropuerto llevan meses exigiendo estos puntos a la gerencia de Tussam. Estiman que la línea de bus debe encarecerse porque tiene más personal y ofrece mejor servicio que la anterior concesión privada y que lo contrario sería una competencia desleal contra el taxi, que soporta más gastos de combustible (se ha encarecido más de un 17%) y de IVA (tres puntos más). La diferencia de precios entre el taxi y el autobús del aeropuerto es abismal. Al tener tarifa única, el taxi no baja del mínimo de 21,89 euros (24,41 euros por la noche y 30,50 euros en Semana Santa y Feria). Los taxistas aceptan que se mantenga congelado el precio desde hace varios años, pero a cambio quieren que suba el billete del autobús más allá de los 2,40 euros. El gobierno municipal ha cedido a estas presiones y lo subirá a 4 euros, prácticamente el doble.

No obstante, fuentes del gobierno municipal niegan que se hayan dado presiones de los taxistas a los conductores de autobús, recalcan que la clientela de ambos transportes es totalmente diferente y añaden que se mantienen reuniones habituales con los taxistas del aeropuerto.