Sevilla

La Universidad de 2025

  • La Hispalense presenta su plan estratégico para los próximos ocho años, en el que persigue ser una institución más abierta, innovadora y sostenible

Carmen Barroso, Miguel Ángel Castro y Concepción Yoldi, ayer en la presentación del Plan Estratégico 2018-2025 de la Universidad de Sevilla.

Carmen Barroso, Miguel Ángel Castro y Concepción Yoldi, ayer en la presentación del Plan Estratégico 2018-2025 de la Universidad de Sevilla. / juan carlos vázquez

Una universidad más flexible, innovadora, inteligente e integrada en la sociedad, responsable y sostenible con el medio ambiente, con un modelo educativo orientado a la inserción laboral, que genere y transfiera conocimiento y estimule la investigación de excelencia. Éste es el gran objetivo que se plantea la Universidad de Sevilla para 2025. Así lo anunció ayer el rector de esta institución, Miguel Ángel Castro, durante la presentación del Plan Estratégico para el periodo 2018-2025 que tuvo lugar en el Pabellón de México, junto a la vicerrectora de Planificación Estratégica de la Hispalense, Carmen Barroso, y la presidenta del Consejo Social de esta misma universidad, Concepción Yoldi.

El documento, que se articula en torno a tres grandes ejes de actuación, interconectados entre sí, y siete líneas de trabajo, fue aprobado por unanimidad el pasado 20 de diciembre por el Consejo de Gobierno de la Universidad de Sevilla después de más de un año de trabajo. Se trata de "una guía", según explicaba Carmen Barroso. En el texto "no se recogen todas las iniciativas concretas que se llevarán a cabo en los próximos años, sino que se estipula el marco general que deberá orientarlas para lograr que sean verdaderamente efectivas".

Quiere incrementar las titulaciones bilingües y revisar y actualizar el catálogo de grados

La Universidad de Sevilla, que cuenta con casi 73.000 estudiantes y más de 6.700 trabajadores, busca abrirse más a la sociedad y para ello se propone intensificar la conexión de la Hispalense con las empresas, instituciones y todo tipo de organizaciones de su entorno. "La Universidad se enfrenta al reto de modelar la sociedad del futuro y de responder a sus necesidades de educación superior y transferencia de conocimientos. Por ello, debe ser capaz de formar para el empleo de las próximas décadas, potenciando la investigación y fomentando la transferencia de resultados a su entorno", manifestó Barroso.

Para alcanzar estos objetivos, la Hispalense, que en 2016 tuvo unos ingresos superiores a los 400 millones de euros, ha enumerado entre las propuestas para los próximos años la puesta en marcha del programa Campus Sevilla, para conectar la ciudad, la sociedad y su entorno. Además, se propone mejorar la inserción laboral de los egresados; aumentar la intención emprendedora de los estudiantes; alcanzar el crecimiento medio anual del 10% de los fondos propios de la Hispalense; y redefinir y adaptar la imagen corporativa de la institución antes de 2020.

Otra de las propuestas de futuro es promover acciones medioambientales que permitan, entre otros logros, mejorar la eficacia energética y la reducción de CO2 (en 2016, el consumo de energía eléctrica fue de 5,22 kWh/m2). Y en el campo de la investigación, la Universidad de Sevilla se plantea poner en marcha una unidad de bibliometría que analice la productividad científica; incrementar en un 15% los fondos obtenidos en convocatorias de investigación nacionales e internacionales para 2025 (en 2016, la Hispalense obtuvo 17,5 millones de euros en este campo); aumentar en un 30% el número de trabajos y profesores que publican en revistas de prestigio internacional en todas las áreas de conocimiento; e incrementar en un 20% la participación de agentes externos a la Universidad de Sevilla en los proyectos de investigación.

La universidad también quiere revisar su catálogo de grados para dar respuesta a las demandas de la sociedad y aumentar la empleabilidad de los títulos, incrementar la implantación de dobles titulaciones y títulos conjuntos internacionales y potenciar las titulaciones bilingües hasta lograr que, en 2025, alcancen el 30% de la oferta (hoy se sitúa en el 15%).

Es un plan "riguroso y preciso", como reconoce el rector, pero también ambicioso que requiere de fondos públicos si no quiere quedarse en papel mojado. Castro es consciente de ello y avisa: "Necesitamos un modelo de financiación estable para evitar que las actuaciones propuestas queden a medias". El tiempo dirá si estos buenos propósitos se cumplen.

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