Noche cartujana, como los caballos andaluces. El cambio climático es que la primavera se vaya con los calores y la suavidad venga con el verano. ¿Cuántos años lleva usted haciendo el tiempo?, le pregunta un vigilante a Maldonado. El tiempo que tiene el tiempo, parece una versión de las sevillanas: el vino que tiene el vino, que quita las penas mías.

Los uruguayos son gente competitiva. Un año después de que Luis Suárez conquistara el Pichichi, Carmen Posadas, española de Montevideo, uruguaya de Moscú, obtuvo el premio Joaquín Romero Murube por una incursión en el mundo de los negros de Sevilla que tan bien conocía Hugh Thomas. Noche cartujana de asombros, encuentros y despedidas. Beltrán Pérez, nuevo hombre fuerte de la alternativa municipal, saluda a Alfonso Castro, decano de la Facultad de Derecho, que fue su profesor. José Manuel Soto, que el domingo canta en Madrid, le confiesa a Eva Díaz Pérez las noches de duermevela que pasó con su novela Memoria de cenizas.

Hace 9 años del gol de Torres a Alemania que le dio a España su segunda Eurocopa

La noche huele a playa. Los Amarillos se detienen en Lebrija para dejar a Jacobo Cortines y continúan hasta Sanlúcar de Barrameda con Carmen Laffón, que hará el cartel de las carreras de este año. Muy cerca se atisba la torre del pabellón de Marruecos, sede de la Fundación Tres Culturas. Una redundancia en una ciudad que las conjuga hace siglos. Cierro el libro que estoy leyendo, El hombre que esculpió a Dios, ojalá pudiera llamar a su autor, Fernando Carrasco, para decirle lo bien urdida que está la trama entre los tiempos de Martínez Montañés y Juan de Mesa (su diferencia de edad me recuerda a la que separaba a Leopold Bloom de Stephen Dedalus) y los del Instituto de Patrimonio donde ambienta una trama de robo y suplantación de imágenes. Enciendo la radio y en El ojo crítico de Radio Nacional de España, tan clásico como Radiogaceta de los Deportes, entrevistan a Myriam Seco. La egiptóloga sevillana ha ganado con un profesor de Barcelona el premio Manuel Alvar de ensayos por un libro sobre la visita a Madrid de Howard Carter, descubridor de la tumba de Tutankamón, y su amistad con el duque de Alba, que visitó las Pirámides con Cayetana niña, en años de la República.

Luis de Madariaga le desea lo mejor a Jorge Monteiro, a punto de dejar el consulado de Portugal en Sevilla, adiós al Cid Campeador, e iniciar nuevo destino diplomático en Bruselas. "La vida son diez embajadas", le dice su amigo Luis, afincado en la fundación que lleva el nombre de su padre y está en el que fue pabellón de Estados Unidos en la Exposición Iberoamericana de 1929. Junto al cónsul pasa un portugués afectivo, Florencio Aguilera, pintor de Ayamonte, padre e hijo de pintores, belenista, mecenas cultural en el Patio de la Jabonería donde cantaron Carlos Cano, Serrat o Ainhoa Arteta.

Ramón Valencia no llegó a Sevilla por los toros, sino para estudiar Aparejadores. Nació en Albacete, la ciudad del equipo al que Benito Floro subió a Primera División y ha vuelto a Segunda. Tierra con mucha afición taurina, con pueblos señeros como La Roda, donde Zidane se despidió del filial madridista antes de subir al primer equipo para ganar dos Copas de Europa; el mismo pueblo donde Kiko Veneno tuvo que combatir en un concierto contra la pitanza doméstica.

¿Cuánto tiempo lleva Maldonado haciendo el tiempo? Proust estaría encantado con la pregunta. El tiempo que tiene el tiempo. Hoy se cumplen nueve años del gol de Fernando Torres a Alemania que le dio a España su segunda Eurocopa. Con Luis Aragonés en el banquillo. El Lee Marvin de Hortaleza que entrenó a los dos equipos de esta ciudad. Un personaje de película, de una película producida por Gervasio Iglesias.