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Versos en el taller de los poetas

  • Nuevas voces. Un arquitecto, una gestora fiscal y una profesora publican una antología seleccionada por Rivero Taravillo, que los condujo en el Taller de Poesía.

Otra consagración de la primavera. Allí, en el Paraninfo, ornato tan solemne y académico, el otoño en Baelo Claudia del poema de Lola Terol, "patológicamente tímida", camuflada entre el público que aplaudía sus versos leídos por Manuel Ángel Vázquez Medel; el final del invierno anunciado por las cigüeñas que anidaban en las espadañas de la Magdalena, escala evocada por Francisco Barrionuevo; veranos al fin dibujados en el abrazo a aquel ciruelo que sería decapitado en el patio de la infancia de María Ruiz Ocaña, como abrazaban los árboles Proust o Saramago.

Tres poetas del montón, sí, del montón de poetas que saben que la poesía no se acaba "en los suplementos y en los escaparates", como dice Antonio Rivero Taravillo, que los ha tenido a los tres en el Taller de Poesía, que ya va por cinco promociones, y los ha reunido en una antología titulada Tres Poetas sevillanos que ayer se presentó en el Paraninfo.

No son tres poetas al uso. Barrionuevo es arquitecto y fue delegado de Urbanismo en la primera legislatura de Manuel del Valle como alcalde, la que siguió al mandato de Uruñuela donde había cuatro concejales arquitectos y un Poeta (Ortiz Nuevo). Ruiz Ocaña, sevillana de Brenes, trabaja en Hacienda y viajó a Arcos, patria de poetas y alcaravanes, en una de sus lecturas. Lola Terol es profesora de Lengua y Literatura, que imparte para esos inmigrantes que habitan la trama de su poético destierro de prosas.

El Taller de Poesía es una de las actividades que surgieron dentro de la Red de Universidades Lectoras que nació en Sevilla y a la que se han sumado medio centenar de centros que celebrarán un encuentro en Passo Fundo, Brasil.

Poetas no oficiales, no gremiales, en un marco muy poético, el de la Generación del 27. En la Universidad donde fueron catedráticos Guillén y Salinas; donde hizo el servicio militar Luis Cernuda, que muere el año que nace María Ruiz Ocaña y como Barrionuevo era hijo de un coronel; que quiere celebrar el día de la Lectura el próximo 16 de diciembre, 110 años del nacimiento de Rafael Alberti; y que presenta un libro bellamente editado por el ayamontino Abel Feu, estela de los poetas tipógrafos Prados y Altolaguirre.

La profesora, la gestora fiscal y el arquitecto. Nada le es ajeno a la poesía. El poeta arquitecto recibió la felicitación de su nieto y la petición de dedicatoria de Juan Rodríguez Romero. Este catedrático de Música vive en un bloque de viviendas en la calle Baños que diseñó Barrionuevo y del que el poeta tardío le habló cuando ambos, coautor y lector del libro, coincidieron en un festival de Bayreuth para gloria de Wagner. Antonio Barrionuevo, arquitecto como su hermano, escuchó recitar el divertido poema El coronel aún tiene quien le escriba. A su manriqueño padre resucitado por una carta del banco.

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